sábado, marzo 21, 2015

Como funcionaba el correo aéreo hace 90 años

Un buen amigo ibaguereño, residente en Estados Unidos, es uno de los más reputados filatelistas colombianos, contando con valiosas piezas en su colección. Igualmente posee una de las colecciones más importantes de fotos antiguas de Ibagué y el Tolima, que generosamente ha puesto a disposición de sus paisanos. 

Hace unos días me hizo una consulta sobre la veracidad de ciertas estampillas de correo aéreo de los años 20s, emitidas por la oficina de SCADTA en Honda. De acuerdo a sus investigaciones, SCADTA prestaba el servicio entre Barranquilla y Girardot y dudaba de la existencia de una oficina en Honda. Me pidió ayuda y este post es el resultado de mis investigaciones.



FUNDACIÓN Y PRIMEROS VUELOS

Los detalles de la fundación de SCADTA son bastante conocidos y no son el objeto de este post, pero vale la pena hacer un breve resumen para comprender el posterior desarrollo de la empresa. La compañía nació como sociedad anónima el 6 de diciembre de 1919, con un capital pagado de $100.000. El primer presidente de la compañía fue el banquero barranquillero Ernesto Cortissoz, de familia judío sefardita. La compañía adquirió Junkers F13 alemanes, los primeros aviones metálicos en la historia. Se decidió hacer una ruta basada en el Rio Magdalena, que tradicionalmente había sido la ruta ideal entre la Costa Atlántica y el interior.

El primer avión llegó a Barranquilla a mediados de 1920. El primer vuelo se hizo hacia la población de Puerto Berrio, el 8 de septiembre de 1920. El avión recorrió el primer día 434 km entre Barranquilla y El Banco, el segundo día otros 404 km entre El Banco y Puerto Berrio. Se llevaron 3000 cartas en ese primer vuelo. En noviembre de ese año llegaron los primeros Junkers a Bogotá. 



Ya para 1925 SCDATA había organizado un completo plan de itinerarios, tarifas y condiciones para prestar el servicio entre Barranquilla y el interior del país. Ese plan era el siguiente:

VUELOS DE BAJADA (Desde el interior hacia la Costa)



Había dos itinerarios, el martes saliendo desde Girardot y el viernes saliendo desde Neiva. Para facilidad y comprensión mostraremos el itinerario completo desde Neiva, donde el agente era Arturo Zuleta.

1. Los hidroaviones salían desde Neiva el viernes en la mañana y hacían una parada larga en Girardot, donde SCADTA tenía aeropuerto y una gran agencia a cargo de Isaacs Hermanos. Allí se recibía el correo de Bogotá, Zipaquirá y Tunja, que llegaba por ferrocarril. Igualmente llegaba por ferrocarril el correo de Ibagué y Armenia. La oficina de Bogotá era administrada directamente por SCADTA, mientras que la agencia de Ibagué estaba a cargo de Josué Isaacs Diago, uno de los fundadores de la Cámara de Comercio de Ibagué.

2. El hidroavión salía de Girardot hacia Honda, donde hacía escala para recoger el correo de esa ciudad y los de Manizales (por cable aéreo), Pereira y Cali. El agente en Honda era J.E. Largacha.

3. De Honda salía el hidroavión a comienzos de la tarde hacía Puerto Berrio, donde pernoctaba. Allí recogía el correo proveniente por ferrocarril desde Medellín. En Puerto Berrio el ferrocarril de Antioquia había construido el Hotel Magdalena, para atender a los viajeros que llegaban a ese importante puerto. El pasaje Girardot - Puerto Berrio costaba $100. El agente de SCADTA era Eduardo L. Gerlein y Cía.



4. Al día siguiente, los hidroaviones salían hacia Barranquilla, el pasaje por este trayecto valía $150. La primera escala era en Barrancabermeja, donde el agente era Emilia Gómez V. El viaje continuaba con una segunda escala en El Banco, donde el agente era Jose A. Robledo. Se hacia en uno de los 2 viajes una tercera escala en Calamar, donde el agente era Teododio Moreno, para recoger correo que llegaba de Cartagena vía ferrocarril. Finalmente el vuelo llegaba a Barranquilla en horas de la tarde.

En Barranquilla SCADTA ofrecía enlaces con el exterior a través de Panamá y Nueva York.

RESUMEN DE ITINERARIOS



El vuelo de bajada (desde el interior hasta la Costa) se hacía en 2 días. El vuelo de subida (desde la Costa hasta el interior) se hacía en un solo día.

Lunes: El avión A tenía base en Girardot. El avión B tenía base en Barranquilla. 

Martes: El avión A hacía el la primera etapa del viaje de bajada de Girardot a Puerto Berrio. El avión B hacia el viaje de subida de Barranquilla directo a Neiva.

Miércoles: El avión A viajaba de Puerto Berrio a Barranquilla. El B descansaba en Neiva.

Jueves: El avión A descansaba en Barranquilla. El avión B descansaba en Neiva.

Viernes: El avión B hacía la primera etapa del viaje de bajada desde Neiva a Puerto Berrio. El avión A hacía el viaje de subida directo desde Barranquilla hasta Girardot.

Sábado: El avión B viajaba de Puerto Berrio a Barranquilla. El avión A descansaba en Girardot.

Domingo: El avión B descansaba en Barranquilla. El avión A descansaba en Girardot.


La conclusión es que si existió una agencia de SCADTA en Honda y que el correo aéreo de SCADTA funcionó de manera acertada durante los años 20s y 30s, hasta convertirse en lo que hoy es Avianca

ÑAPA

Les dejo esta carta enviada por correo aéreo desde Ibagué hasta New York, en octubre de 1927. Los señores del Banco de Bogotá en Ibagué enviaban una carta a corresponsales en New York, a través de la ruta Ibagué - Girardot - Puerto Berrio - Barranquilla - New York, como ya quedó claro en esta crónica.













sábado, marzo 14, 2015

La primera Señorita Tolima

En este 2015 que estamos celebrando la elección de una colombiana como Miss Universo, vale la pena dar un vistazo al pasado y recordar a Amalia Torres Muñoz, la primera tolimense que participó en un concurso de belleza, por allá en 1932. Aquí les cuento su historia:

A finales de los años 20s se comenzaron a organizar eventos para celebrar la belleza de las mujeres, siendo el más famoso el que se llevaba a cabo en Galveston, Texas, desde 1920. El concurso tomó mucha fuerza y comenzó a ser conocido internacionalmente. La Gran Depresión hizo que el concurso se trasladara fuera de Estados Unidos y en 1932 se organizó en la ciudad de Spa, Bélgica. Se hicieron invitaciones para que varios países enviaran candidatas al concurso de Miss Universo y en Colombia varios periódicos y revistas acogieron entusiastas la idea. Se decidió entonces hacer un Concurso Nacional de la Belleza, con sede en Bogotá, a celebrarse en mayo de 1932.

En varias ciudades de Colombia se iniciaron los concursos regionales e Ibagué no fue la excepción. El Circulo Social organizó una convocatoria abierta, a la que se presentaron las más lindas ibaguereñas de ese momento. Finalmente, la competencia se centró entre Alicia Vila y Amalia Torres Muñoz, siendo escogida finalmente Amalia.

En Bogotá se presentaron gran cantidad de candidatas y el Comité de Elección, presidido por el joven periodista Alberto Lleras Camargo, tuvo mucho trabajo. El concurso, totalmente inédito en nuestro país, había generado un interés inusitado y las jóvenes bogotanas querían llegar a ser la elegida para representar a Colombia en Spa.


Amalia Torres Muñoz era hija de don Rudesindo Torres, que había construido la Plaza de Mercado de Ibagué en 1910 y era un importante empresario en la ciudad. Su belleza y su porte convencieron a los socios del Círculo Social para que ella llevara la representación del departamento a este primer concurso y se hicieron grandes preparativos para acompañar a la Señorita Tolima en su viaje por tren hacia Bogotá.

Desde que se conoció su elección, los periódicos de Bogotá coincidieron en señalar a Amalia como una de las favoritas. Su foto fue ampliamente divulgada y la colonia tolimense en Bogotá comenzó a preparar un gran recibimiento en la Estación de la Sabana, el domingo 7 de mayo de 1932.



Amalia Torres llegó a Bogotá acompañada por una gran comitiva, presidida por Francisco Rocha Vargas, Presidente del Círculo Social de Ibagué. Desde el sábado 6 de mayo había llegado a Ibagué la señorita Valle, Elvira Rengifo Romero, procedente de Cali. Ambas candidatas tomaron juntas el tren hacia Bogotá, acompañadas por su comitivas, periodistas y curiosos. El entusiasmo popular era muy grande y en las estaciones de Girardot, Anolaima, La Esperanza, Cachipay, San Javier y Zipacón se les hicieron homenajes. En Facatativa más de 1000 personas esperaban a las dos candidatas. A las 7 de la noche del domingo 7 de mayo de 1932 llegaron a la Estación de la Sabana, donde 5000 entusiastas personas gritaban !Viva el Tolima! !Viva el Valle! !Viva la Señorita Colombia!. El doctor Abel Casabianca, ex gobernador del Tolima, presidía la delegación tolimense que esperaba a doña Amalia. Se organizó una gran caravana de carros hacia el Hotel Granada, donde se alojaban todas las candidatas. Se preparó una copa de champaña, pero las candidatas estaban tan cansadas del largo viaje y de los múltiples homenajes en el camino, que solo permanecieron unos minutos y se retiraron a sus habitaciones.


Entretanto, don Rudesindo Torres estaba aterrado con todo lo que había pasado en el viaje. El no tenía idea de lo que era un concurso de belleza y los gritos, los besos, los saludos y los abrazos que había visto durante el día no le habían gustado para nada. Las multitudes rodeando a su hija, que tenía apenas 18 años, le producían temor y desconfianza. Saber que venían 10 días de trajín y de más eventos lo tenían muy nervioso. Habló esa misma noche con los doctores Rocha y Casabianca para expresarles sus temores, pero ellos lo calmaron y lo hicieron seguir adelante.

Bogotá estaba enloquecida con las candidatas. Las noticias del concurso desplazaron de las primeras planas a todas las demás, exceptuando por supuesto las del secuestro del hijo del piloto Lindbergh en Estados Unidos, que llevaba dos meses desaparecido. Amalia Torres era cada vez más solicitada, para entusiasmo de todos los tolimenses y desespero del pobre don Rudesindo.


El jueves 12 de mayo se hizo una gran recepción a doña Amalia Torres en el Club de Té de Bogotá, amenizada por una de las mejores orquestas de la ciudad. La recepción fue presidida por el doctor Abel Casabianca y linda esposa, Paulina Cuervo de Casabianca. Allí volvió a insistir don Rudesindo en expresar sus grandes temores y su deseo para que todo lo relacionado con el concurso acabara rápidamente.


El gran evento popular del concurso se daría el domingo 15 de mayo, con una gran presentación de las candidatas en el Hipódromo de Techo de Bogotá. Más de 15000 personas, encabezadas por el Presidente de la República, doctor Enrique Olaya Herrera, vivaron a las candidatas. Acudieron al hipódromo 1362 automóviles, 4 motocicletas y dos coches de tiro. 



Dos eventos importantes se dieron para doña Amalia aquella tarde. Conoció al señor Luis Castro Montejo, Gerente del periódico El Tiempo de Bogotá, con quien se casaría en 1933 y por otro lado, don Rudesindo Torres decidió sacar la mano respecto del concurso. Cuando don Rudesindo vio a las 15000 personas gritando y aplaudiendo a su hija, decidió entregar una carta a Abel Casabianca, escrita el día anterior, diciendo que excluyeran a su hija de la votación final, pues "por razones familiares" no podría viajar a Spa, en caso de ganar el concurso.

Las candidatas. La Señorita Tolima, sexta de izquierda a derecha
Todo estaba listo para la velada de elección y proclamación de la ganadora, el día 18 de mayo de 1932. Se decidió conformar un gran jurado de 29 personas, para que no quedara duda alguna de la elección, que se veía reñidísima. 


En la prensa bogotana seguían los elogios para la candidata tolimense, como puede apreciarse en este poema que le dedicaba el gran poeta Arturo Camacho Ramírez:



El 17 de mayo de 1932 comenzó la velada de elección, abriendo la sesión el doctor Abel Casabianca, quien entregó al Comité la carta escrita por don Rudesindo:



Así finalizaba la primera participación de Tolima en un concurso nacional de belleza. Comenzó entonces la reñida elección, que después de muchas votaciones terminó en un triple empate.  
Atlántico, Antioquia y Valle quedaron con 10 votos cada una. Se decidió entonces elegir a la suerte a la nueva reina. Se llamó desde el palco presidencial a la señorita Lucia Olaya, hija del presidente, quien bajó a extraer de una urna el nombre de la ganadora. Sacó la primera boleta y dijo "Atlántico". Los estudiantes costeños que estaban en el Colón lanzaron grandes gritos de júbilo: !ganamos! !Viva Atlántico! "Error, error" decía el presentador, "Atlántico es la primera eliminada". Chiflidos, abucheos y protestas veían de los estudiantes. Finalmente ganó Antioquia por la suerte, pero el descontento de los estudiantes era muy grande y no pararon de abuchear todo el resto de la velada.


Aura Gutiérrez Villa viajó a Spa e hizo un decoroso papel en Miss Universo, quedando entre las 10 primeras candidatas. Amalia Torres se casó con Luis Castro Montejo y se quedó a vivir en Bogotá después de su matrimonio. Tuvo un hijo, Jorge, y una hija, Silvia, que se casó con el médico Jorge Cavelier Gaviria, fundador de la Clínica Marly de Bogotá. Amalia Torres Muñoz falleció en Bogotá, el domingo 21 agosto de 1983, dejando un gran recuerdo entre familiares, amigos y tolimenses. Paz en la tumba de una bella mujer.


lunes, marzo 09, 2015

Avisos de hace 100 años

Una de mis actividades favoritas es la de leer periódicos viejos, en especial la versión digitalizada de El Tiempo de Bogotá. Este es un pequeño ejemplo de los avisos publicitarios que estaban en la edición de marzo 10 de 1915, que traía las noticias de marzo 9 de 1915, hoy hace 100 años.


La fabrica de fósforos El Sol, cuya marca todavía se comercializa. Bavaria, que ya no vende gaseosas sino cerveza. Daniel Valdiri, cuya marca llegó hasta los años 80s. No todas las marcas sobreviven 100 años.....

domingo, marzo 08, 2015

Un vistazo a mi lado paisa

Dentro de las muchas cosas interesantes que he encontrado en los sitios de genealogía que visito, es que tengo ancestros paisas, lado de la familia que no conocía. Después de varias averiguaciones, he podido establecer la ruta genealógica. Aquí le doy un primer brochazo, que luego ahondaré con más tiempo:

Mateo Alvarez del Pino Urnieta y Lezcano nació en Medellín hacia 1680, hijo del capitán Mateo Alvarez del Pino Tabares y de Isabel de Lezcano Urnieta. Fue tesorero del Tribunal de la Santa Cruzada, una institución muy importante en la estructura de los ingresos de la Corona Española, pues era quien concedía las bulas eclesiásticas. Mateo Alvarez del Pino fue tesorero de la Santa Cruzada en Medellín y en Tunja. Se casó con Andrea Perpetua Angel de la Guerra y Aguiar, de cuyo matrimonio descienden ilustres familias antioqueñas. 

Cuando Mateo Alvarez del Pino viajó a Tunja a encargarse del Tribunal de la Santa Cruzada, viajó con una de sus hijas solteras, María Antonia Alvarez del Pino y Angel de la Guerra. Allí conocieron al capitán Francisco Antonio Niño Saavedra, quien era Alcalde ordinario de Tunja en ese momento. Francisco y Maria Antonia se casaron y tuvieron varios hijos, entre ellos Don Juan Agustín Niño Álvarez del Pino, quien fue capitán de los comuneros de Tunja, alcalde la ciudad y padre a su vez de Juan Nepomuceno Niño, de quien he escrito bastante en este blog. 



María Antonia Alvarez del Pino y Angel de la Guerra, mi séptima bisabuela, de quien me separan nueve generaciones, es mi conexión con Antioquia. De la familia Alvarez del Pino descienden muchas familias antioqueñas, entre ellas las del ex-ministro Luis Fernando Jaramillo Correa, quien era aficionado a la genealogía y rastreó el origen de la familia hasta Talavera de la Reina. Otro descendiente de la familia Alvarez del Pino es el expresidente colombiano Alvaro Uribe Vélez, quien viene a ser primo en noveno grado de mi abuelo Pedro Antonio Niño.

El primero de la familia Alvarez del Pino en Colombia fue Diego Álvarez del Pino, Alférez Real y Capitán, nacido en Talavera de la Reina en 1584. Llegó a la Gobernación de Popayán hacia 1610. Luego se radicó en la ciudad de Cartago, donde desempeñó varios empleos de importancia, entre otros el de Tesorero de la Real Hacienda. Es mi onceavo bisabuelo.

Como anécdota, vale la pena recordar que, a la muerte de Mateo Alvarez del Pino, parte de su fortuna fue donada para crear en 1791 el Convento de las Carmelitas Descalzas en Medellín. Ana María Alvarez del Pino donó 20000 castellanos de oro para promover la creación del convento, con bula del Papa Pío VI y Real Cédula de Carlos III. En ese entonces, la Villa de la Candelaria de Medellín apenas contaba con 17 calles y 3000 habitantes. 

viernes, marzo 06, 2015

Pasa a la historia Germán Castellanos

Hoy murió uno de los grandes hombres que he conocido en mi vida. No destacó por sus grandes triunfos, ni por ser el mejor de los mejores. Pero Germán Castellanos, muerto en Ibagué, simboliza grandes cualidades: honor, lealtad, coraje, orgullo de vestir una camiseta, de pertenecer a un equipo. Tiene el inmenso honor de haber sido el futbolista que más veces vistió los gloriosos colores del Deportes Tolima, donde jugó 359 partidos a los largo de 14 años.




Yo vi jugar muchísimas veces a Germán Castellanos y recuerdo muchos de sus 53 goles con el Tolima. En aquellas tardes de los años 60s, nuestras tardes de domingo siempre eran las mismas: almorzábamos en la casa, mi papá se acostaba a hacer una pequeña siesta y luego encendía el radio. Cuando comenzaba a sonar el himno nacional en el San Bonifacio, salíamos de nuestra casa en el barrio Cadiz, situada a pocas cuadras del estadio. Llegábamos justo cuando la Banda del Batallón Rooke salía del estadio y ya iba a comenzar al partido. Castellanos siempre estaba ahí, un jugador no muy destacado, pero que siempre corría, cumplía y muchas veces anotaba. Al final de los 60s no siempre era titular y muchas veces, cuando Tolima iba perdiendo, pedíamos a gritos que lo metieran. Castellanos salía, cumplía con su deber y nos alegraba muchas tardes. Tengo una inmensa gratitud con Germán, quien me enseñó a querer aún más a mi amado Deportes Tolima.

Castellanos nació en San Andrés, Santander, el 11 de octubre de 1941. Llegó a Ibagué en 1961, a jugar un partido amistoso contra el equipo de la Escuela Agronómica de San Jorge, cuando vivía en Silvania. Los dirigentes del Tolima le ofrecieron quedarse a jugar en Ibagué y aquí se quedó, hace 54 años. Su primer gol lo marcó el 20 de agosto de 1961, al legendario arquero Pablo Centurión, una tarde donde Tolima perdió 2-3 en Ibagué contra Millonarios. Tolima quedó de último en aquel año.



En 1962 todavía no era titular en el equipo dirigido por Roberto Avallay, que fue penúltimo en el campeonato, a pesar de los esfuerzos de los directivos Jorge Guzmán Molina y Jaime Rengifo Pardo por conformar un buen equipo. En 1963 Castellanos llegó a la titular, pero el equipo volvió a ocupar el último lugar, sufriendo goleadas por 8-1 frente a Millonarios y 8-5 frente a Santa Fe. 

Deportes Tolima 1963. Castellanos parado, segundo a la derecha de la foto


En 1964 se conformó un buen equipo, de la mano del argentino Lorenzo Delli. Estuvimos invictos las primeras cinco fechas, todo un récord para un equipo chico. Pero el equipo se vino abajo, perdió 4 partidos seguidos y nunca pudo recuperar el ritmo. 15 partidos sin ganar condenaron al Tolima a los últimos lugares. La temporada se salvó con un histórico triunfo de 4-1 frente a Santa Fe en Bogotá. Kuki López fue tercero en la tabla de goleadores y el Tolima logró subir un poco en la tabla final, al quedar antepenúltimo. Como dato curioso, el 7 de agosto de 1964 expulsaron al arquero Fontán en Medellín y Castellanos ocupó el arco tolimense, recibiendo un gol en contra. Con esto, se convirtió en el único jugador del Deportes Tolima que ha jugado en las 11 posiciones dentro del terreno de juego. 



Deportes Tolima 1964. Castellanos parado, cuarto de izquierda a derecha

En 1965 los dirigentes formaron un gran equipo, el primero que yo personalmente recuerdo, que generó muchas expectativas. Castellanos era titular y lo acompañaban grandes jugadores argentinos: Oscar Fontán en el arco, César Reynoso, Juanito Martínez, más el gran Oscar Jamardo. El paraguas Silva, el olímpico Marcos Coll, Hernando Piñeros, toda una nómina de lujo. Sin embargo, el equipo no respondió y volvió a ser antepenúltimo. 

Deportes Tolima 1965, Castellanos parado, segundo a la derecha de la foto.

En 1966 el equipo sigue siendo el del año anterior, con algunos refuerzos como Roberto Mirabelli y el arquero León Reyes. Sin embargo, Tolima no levanta y vuelve a quedar penúltimo. Castellanos no siempre fue titular en aquel año, donde los técnicos fueron Marcos Coll y Roberto Avallay.

En 1967 regresa Castellanos a la titular, en un equipo donde tapaba Isidro Olmos, el arquero más gordo que he visto jugar en mi vida. Era el único extranjero, en un equipo que ya buscaba tener "puros criollos". Marcos Coll dirigió el equipo, que tuvo la peor campaña de su historia. 110 goles en contra es un récord que no ha sido superado y que muestra lo poco eficiente que era Olmos en el arco. Fue sustituido por el "ratón" Raúl Macías a mitad de año, pero el equipo duró 16 fechas sin conocer la victoria. Eran tiempos duros para ser hincha del Deportes Tolima, pero Castellanos siempre nos levantaba el ánimo con su entusiasmo y su profesionalismo.

Deportes Tolima 1967, Castellanos parado, tercero de izquierda a derecha

En 1968 llega Severiano Ramos a dirigir el equipo, en un campeonato que tenía la novedad de tener dos fases: Apertura y Finalización. Se conforma un equipo de "puros criollos", que vuelve a ocupar el último lugar. Castellanos se convierte en jugador polifacético y Ramos lo ocupa reemplazando a cuanto jugador se lesiona. Germán juega de defensa, volante o delantero, en aquel equipo chico que tuvo 9 triunfos, 11 empates y 32 derrotas.

En 1969 el equipo sale del sótano y queda penúltimo en el Torneo Apartura, superando al otro equipo chico de aquellos años, Atlético Nacional de Medellín. Castellanos sigue siendo el jugador disciplinado, comodín de cuanta posición se le ocurriera ponerlo Severiano Ramos. Pero en el Torneo Finalización se llena el Tolima de viejos jugadores de la histórica Selección Colombia de 1962, Coll, Rada, Charol González, Jaime Silva, Carlos Aponte y otros. Los viejos jugadores llevan al Deportes Tolima al séptimo puesto, la mejor posición en muchos años.

En 1970 Tolima continúa la era de Severiano Ramos, ocupando el puesto 13 entre 14 en el Apertura y el puesto 11 entre 14 en el Finalización. Castellanos siguió siendo el suplente de oro del equipo.

Para 1971 las estrechas finanzas del equipo hicieron que Germán Castellanos volviera a la titular. Se lograron buenos triunfos de 1-0 a Millos en Bogotá, la tercera victoria del Tolima en El Campín. 4-1 a Junior en el Metropolitano de Barranquilla. Terminamos décimos en el Apertura. En el Finalización el equipo se derrumbó, con 18 fechas sin conocer la victoria. Castellanos fue el técnico en aquel difícil segundo semestre.

Deportes Tolima 1971. Castellanos agachado, tercero de izquierda a derecha
En 1972 Tolima contrata al gran jugador Delio "Maravilla" Gamboa, figura de la Selección Colombia en los años 60s. De la mano de Gamboa el equipo permanece invicto 11 fechas, terminando séptimo en el año. Lamentablemente Castellanos se lesionó en un momento clave, pues había conformado con Gamboa una de las mejores duplas que ha tenido Tolima en el medio campo.

Tolima 1972. Jorge Uribe, Germán Castellanos, Julio González, Maravilla Gamboa, Luis Carlos Paz

En 1973 se conformó un equipo donde Castellanos, ya de 32 años, solo jugó esporádicamente. Tolima cerró el Finalización con un invicto de 10 fechas y ocupó el quinto lugar, entusiasmando a su hinchada. 

El 20 de enero de 1974 Germán Castellanos vistió por última vez los colores del Deportes Tolima. Comenzando el segundo tiempo de un partido frente al Deportivo Pereira, el gran jugador ingresó, reemplazando a Fabio Espinoza. Tolima ganó 1-0 aquella tarde en Pereira. El público aplaudió de pie largo rato al gran jugador, símbolo de los años más difíciles pero memorables de nuestro equipo.



Castellanos fue convocado en alguna ocasión a la Selección Colombia por el Caimán Sánchez. Jugó un solo partido en Cali. Más que un gran jugador, Germán se destacó por su gran profesionalismo, amor a la camiseta y pundonor deportivo. Cualidades que muchas personas quisieran tener. Un ejemplo para las nuevas generaciones. Gracias por tantos años de recuerdos, Germán, Dios te tenga en su gloria.

FOTOS: Tomadas del libro Historia del Deportes Tolima, de Guillermo Ruiz Bonilla.