Hoy domingo 23 de mayo de 2021, a media mañana, recibí la triste noticia de la muerte inesperada de Jorge Franco Lema, un buen amigo ibaguereño a quien conocí en los años setentas en mi paso por la Escuela Naval de Cadetes en Cartagena. Me llegaron a la memoria muchos gratos recuerdos de Jorge, un buen hombre, un caballero del mar, un colombiano de esos de quien debemos enorgullecernos.
Jorge Alberto Franco Lema nació en Ibagué el 17 de agosto de 1954, en el seno de una conocida familia tolimense, vinculada por varios lazos a la familia Niño Rodríguez.
Se graduó como bachiller muy joven, a los 16 años, en el Colegio Francisco Jiménez de Cisneros, en el que yo también estudié, terminando estudios en noviembre de 1970.
Con apenas 16 años entró a la Escuela Naval en enero de 1971 como bachiller en el Contingente 56, que en el argot de la Escuela era un contingente de “recabros”. Después de hacer un semestre como reclutas, el curso 1-1, los “recabros” eran pasados en el siguiente semestre a 2-2, sin hacer los cursos 1-2 y 2-1. Esa modalidad implicaba que los “recabros” eran tratados duramente en la Escuela, situación que Jorge soportó con valentía, a pesar de su corta edad.
Yo ingresé a la Escuela en julio de 1973, cuando Jorge estaba en el curso 4-2, embarcado en El Gloria. Lo conocí cuando retornaron “los gloriosos” a Cartagena, en el pequeño círculo de tolimenses que estábamos en la Escuela.
Hablamos de nuestras familias y encontramos un recuerdo común: Mi abuelo Pedro Antonio Niño había sido muy amigo de Rafael Lema, abuelo de Jorge. Copartidarios, conservadores en una ciudad muy liberal, el banquero Rafael Lema había financiado la construcción de un edificio de mi abuelo en el centro de Ibagué. Mis tíos habían sido muy amigos de las tías de Jorge, así que encontramos muchos vínculos comunes y hablábamos mucho, a pesar de yo ser apenas un recluta y el un cadete a punto de pasar a ser guardiamarina.
Durante 1974 seguimos siendo cercanos, siendo él guardiamarina, habiéndose graduado en diciembre de 1974 como Teniente de Corbeta. Jorge continuó vinculado a la Armada durante 17 años, habiendo sido Oficial de planta en la Escuela Naval, profesor de Electrónica Digital, Sistemas de Armas, Sistemas de Comunicaciones y Sistemas de Radar. Fue ayudante privado de dos comandante de la Armada y del director de la Escuela Naval. Fue Comandante de las Unidades ARC Albuquerque, ARC Espartana y ARC Arauca. Se retiró en 1991, con el grado de Capitán de Corbeta.
Jorge se graduó como Ingeniero Naval, hizo un Master en The United States Naval Postgraduate School, fue Vicepresidente de Vikingos, Gerente Regional y Director Comercial de Avianca, docente en la Universidad de la Sabana, para finalmente dedicarse a manejar la franquicia en Colombia de WSI, una compañía multinacional de marketing digital que manejó desde 2011 en Colombia.
Allí, en su estadía en WSI nos volvimos a encontrar, siempre tan amable y sencillo como siempre. Trabajamos juntos en varios proyectos, visité su casa en Bogotá, compartimos buenos momentos.
Jorge llevaba una vida sencilla con su esposa Maria Patricia Marquez Arrazola, feliz en su papel de abuelo, con dos hijas Maria E. y Daniela, su hijo Jorge y sus 2 hijos del primer matrimonio de María Patricia. Experto en varios temas, Jorge siempre brilló por su inteligencia y su don de gentes.
Me duele mucho la partida de Jorge Alberto. Siendo yo un muchachito de 16 años en la Escuela me brindó su apoyo y su amistad, en momentos duros y solitarios. Cuando nos volvimos a encontrar en la vida, me trató como amigo y trabajamos juntos en un ambiente cordial y profesional. Se fue muy joven, dejando una estela de buenos recuerdos y grandes enseñanzas. Durante la pandemia manifestó en muchas ocasiones su dolor de patria y su preocupación por la situación general del país. Murió prematuramente, muy preocupado por el momento que vive Colombia. Se va un buen tolimense, un buen colombiano. Buen viento y buena mar, Capitán Jorge Alberto.
Germán Niño, cadete naval, NR 67-46