Con foto de El Rincón del Vinotinto, mis recuerdos del 18 de noviembre de 1981, hoy hace 40 años.
Hoy hace 4 décadas tuvimos uno de los sustos más grandes de nuestra vida. Estábamos siguiendo el partido del glorioso Deportes Tolima de 1981, el comandado por Victor Hugo del Rio en plenas finales del fútbol colombiano. Enfrentábamos al Deportivo Cali en Ibagué.
Yo estaba en Bogotá, pegado del radio. De pronto, antes de comenzar el partido, se escuchó un gran estruendo a través de la radio. Lo describió así El Tiempo:
"...De pronto, antes de que los jugadores saltaran al terreno de juego, se sintió un estruendo brutal. Una de las barandas de las tribuna occidental cedió y se fue al piso. Una mole de cincuenta toneladas cayó sobre los espectadores. Ya antes, en febrero, la cubierta de esa misma área había caído, afortunadamente, sin víctimas".
Tribuna Occidental! Mi papá! Pensé inmediatamente en que algo le había pasado. Llamé a la casa, muy angustiado. Mi mamá no sabía nada. Era un época sin celulares ni ninguna herramienta de comunicación especial. Estuvimos varias horas en vilo, hasta que mi mamá salió a buscarlo por clínicas y hospitales.
Lo encontró en el Federico Lleras. Mi papá estaba a pocos metros de la tragedia, pero reaccionó como el buen médico que era. Bajó corriendo a la gramilla, atendió heridos desde el primer momento, se montó en una ambulancia y se fue para el hospital. A la casa llegó a la madrugada, mientras tanto en Bogotá Juan Carlos y yo no sabíamos nada.
18 personas murieron aquella noche en el Estadio de Ibagué. Centenares de heridos fueron atendidos en el Federico Lleras, situado a pocas cuadras del Murillo Toro.
El equipo jugó el resto de la temporada en Bogotá. Le ganamos al Cali y luego fuimos subcampeones. Quedaron recuerdos agridulces de aquel remate de 1981. Uno de los más lindos es el recuerdo de aquel médico valiente, Humberto Niño Rodríguez, cumpliendo con su deber en la gramilla del estadio de Ibagué.