lunes, agosto 08, 2016

85 años del matrimonio de mis abuelos

"Pavita: Muchas noches, sentando en estos parques, he evocado tu carísimo recuerdo y he visto tu blanquísima silueta que se acercaba a hacerme compañía. Me la harás realmente algún día? Pedro."

Así le escribía mi abuelo Pedro Antonio Niño a su novia Paulina desde Ibagué, en agosto 4 de 1929. Mi abuelo se refería a la hermosa Plaza de Bolivar de Ibagué, donde se sentaba a pensar en Paulina Rodríguez, su novia que vivía en la lejana población de Oiba, Santander.


Como he relatado en este blog, mi abuelo había llegado a Ibagué en 1925 desde Oiba contratado por los Padres Salesianos para dirigir su Escuela de Artes y Oficios. Vivía en una pequeña casa contigua al Palacio Arzobispal, marcada en esta fotografía con el numero 1. Había dejado atrás a su prima Paulina, pero la nostalgia lo consumía y le escribía frecuentemente. Aquí les comparto una de las postales que le escribía a mi abuela:


La Plaza de Bolivar era parte importantísima del centro de la ciudad. En esos años se dio el gran paso de iluminarla de noche, cortesía de la "Luz Laserna" y el fotógrafo Camacho inmortalizó el gran paso en una hermosa postal.


A finales de julio de 1931, mi abuelo no soportó más su soledad y decidió que ya era hora de dar el gran paso del matrimonio. Había recibido varias ofertas para independizarse en Ibagué y pensó que lo mejor era iniciar una nueva etapa con su novia de tantos años. El abuelo invitó a su novia Paulina y a su hermana Luisa a hacer el viaje desde Oiba a Bogotá, para concretar las cosas. Allí en Bogotá, por telegrama, mi abuelo pidió la mano de Paulina. Fue necesario un telegrama al Obispo de San Gil para pedir la dispensa matrimonial por ser los contrayentes primos hermanos.

Mis abuelos Pedro Antonio Niño y Paulina Rodríguez se casaron en la Catedral de Ibagué, el sábado 8 de agosto de 1931, hoy hace 85 años. Después del matrimonio,  celebraron con un desayuno en casa de Rosita de Polanco, conocida de mi abuelo Pedro en Ibagué. Cuando regresaron de su luna de miel, se instalaron de nuevo en la casa contigua al Palacio Arzobispal. Allí nació mi padre, el 23 de noviembre de 1933. 



Una tarde de diciembre de 1933 llegó a visitarlos el obispo de Ibagué, Monseñor Pedro María Rodriguez. Quería comprarles la casa, para iniciar un colegio. A pesar que los jóvenes esposos estaban muy contentos en su espaciosa casa, aceptaron venderla para bien de la comunidad tolimense. Los jóvenes esposos y el pequeño recién buscaron otra residencia, para dar paso al Colegio Tolimense, que inició labores en febrero de 1934.

25 años más tarde, en agosto de 1956, mis abuelos habían formado una gran familia, orgullosamente ibaguereña. Para sus bodas de plata se tomaron esta hermosa foto, rodeados de sus 6 hijos: Humberto, Pedro Antonio, Oliva, Martha y Marina, parados, junto a Paulina, Pedro Antonio y Hernando. Hoy hace 60 años posaron para la foto, en la sala de su casa de la carrera tercera con calle 10A. Tres días después, se casaban mis papás en Bogotá.


Hermosos recuerdos de los abuelos, que vale la pena conservar. Con la llegada de Juan Ignacio Niño Cobo en abril de 2016, nació su primer tataranieto, que continuará con la tradición centenaria de la familia Niño en Colombia.