Jueves 16 de mayo de 1968. La ciudad de Ibagué es un hervidero de pasión deportiva. La Vuelta a Colombia, el gran espectáculo nacional, llega a la ciudad procedente de Armenia. Pedro Julio Sánchez, el gran León del Tolima, ocupa la tercera posición en la clasificación general a 58 segundos del líder Gustavo Rincón. Todos los analistas pronostican una dura lucha en La Línea, el puerto de montaña que decidirá la Vuelta. El Alcalde de Ibagué, Armando Polanco Urueña, pide cordura a la ciudadanía, y respeto por los integrantes de la gran caravana de la Vuelta "máxime cuando uno de nuestros pedalistas, Pedro J. Sánchez, quien ocupa un magnífico puesto en la clasificación general, ha expresado que Ibagué reitere su proverbial cultura en esta clase de actos deportivos".
Los alumnos de quinto de primaria del Colegio Jiménez de Cisneros, entre los que me encontraba, no podíamos contener la emoción por el gran acontecimiento. Todos teníamos nuestros radios a la mano, nadie escuchaba a los profesores, todos estábamos pendientes de la transmisión de las emisoras. A las once de la mañana nos soltaron y yo salí corriendo desde la calle 17 hasta la décima, a ver la llegada de la Vuelta en un lugar privilegiado, el balcón de la casa de mi abuela Paulina, situado exactamente en el punto de llegada de la etapa, carrera tercera con calle décima A.
A las 10:30 de la mañana la etapa había salido de la Plaza de Bolivar de Armenia, rumbo a nuestra ciudad. Ya en las calles de Calarcá Pedro Jota llevaba algunos metros de ventaja a su rivales. Carlos Montoya, segundo en la general, se rezagó en los primeros kilómetros del ascenso. Todo parecía favorecer a nuestro ídolo. Pero el ataque surgió del lado de Javier Suarez, el gran ciclista antioqueño. El Ñato se escapó dejando a todos rezagados en la subida a la Línea, donde pasó en solitario. Pedro Jota llegó de segundo, mientras el líder Rincón vivía un drama y perdía toda opción.
En Ibagué la angustia por el arrancón del Ñato Suárez era grande. La transmisión se perdía en la bajada hacia Cajamarca, porque los ciclistas iban mucho más rápido que los carros de las emisoras. Debíamos esperar a que llegaran a Cajamarca. Cuando apareció el primer ciclista en Cajamarca, el grito de emoción fue unánime: Pedro Jota iba ganando en solitario! Javier Suárez iba de segundo y los otros pedalistas iban muy atrás. Pero otro inconveniente se presentó, con un pinchazo de Pedro Jota entre Cajamarca e Ibagué. Seguíamos en vilo.
Pero ya en las goteras de Ibagué la apoteosis se desató. Pedro Jota seguía de líder y ya el triunfo se veía venir. Apenas se supo en el sitio de meta, sonó el Himno Nacional. Cuando Pedro Jota llegó a la meta, el Bunde Tolimense se oía por la ciudad entera. Mi papá lloraba de emoción en el balcón. Ibagué estalló de alegría, en una emoción colectiva solo comparable a la del campeonato del Deportes Tolima muchos años después. De la multitud salió la esposa de Pedro Jota, fundiéndose en un abrazo con el nuevo líder. Nadie lo podía creer.
Las estadísticas muestran que Javier Suarez llegó a menos de 4 minutos que Pedro Jota, pero en mi recuerdo pasó mucho tiempo para que otro corredor llegara. Cochise fue tercero en la etapa y Pablo Hernández cuarto. Pero todos veíamos unicamente a Pedro Jota, a nuestro gran León. En la general, Pedro Jota quedaba con más de 8 minutos de ventaja sobre Javier Suarez, 9 minutos sobre el español Fulgencio Sánchez y más de 10 frente al anterior líder Gustavo Rincón.
La siguientes etapas fueron casi de trámite. Recuerda mi gran amigo Gilberto Silva que salimos con mi papá, a despedir la caravana con pañuelos blancos, en la carrera quinta, a la altura del Colegio San Simón. Pedro J. mantuvo la ventaja en Neiva, el viernes 17. El sábado 18, llegó a Girardot con los mismos 8 minutos a su favor. Solo quedaba la etapa del domingo 19, a la que se unió el gobernador del Tolima, Ariel Armel, que hizo el recorrido en moto para acompañar al gran León del Tolima.
Pedro Jota seguía dudando, sin embargo. Expresamente le pidió a su familia que no viajara a Bogotá al recibimiento en El Campín. Pero nada detuvo el triunfo y el domingo 19 de mayo de 1968, con un estadio a reventar, se dio la única victoria de un tolimense en la Vuelta a Colombia. Nuestro más grande deportista recibía la recompensa a una meritoria carrera. En la meta lo esperaba Pepe Cáceres, otro gran tolimense de aquellos años.
Tolimenses de todas partes celebramos esa gran victoria. Ese domingo en Ibagué hubo lágrimas, vivas, desfiles de carros, pitos y banderas. La colonia tolimense en Bogotá estaba toda en El Campín. El orgullo colectivo era muy grande. Nuestro Pedro Jota, el gran León del Tolima, brillaba en el más grande evento deportivo de Colombia.
Se organizó rápidamente una colecta para darle una casa al gran campeón. Recibió un premio de 4500 pesos por parte de la carrera, pero la Gobernación del Tolima le dio un premio de 50000 pesos y Telepostal le concedió otros 40000 pesos, con lo que pudo comprar casa propia. El 24 de mayo lo recibió Ibagué, en un desfile desde Buenos Aires y una manifestación multitudinaria en el Parque Murillo Toro.
Pedro Julio Sánchez nació en Chaparral, el 8 de abril de 1940. Estudió en horario nocturno en el Colegio Tolimense de Ibagué. Comenzó a correr en 1957, a pesar de que su secreta ambición era ser pesista. En 1961 corrió su primera Vuelta a Colombia, siendo el segundo novato del año, detrás de Cochise Rodríguez, ocupando el puesto 13 en la general. Pedro J. se dio a conocer en la Vuelta del año 62, al ganar una etapa con llegada a Popayán y tomar el liderato de la carrera durante 5 días. Fue séptimo en la Vuelta del 63 y onceavo en la de 1964.
En 1965 debió retirarse en la etapa Ibagué - Armenia, aquejado por fuertes dolores, cuando era doceavo en la general. Pedro Jota no quería bajarse de la bicicleta, apenado con sus paisanos, por quienes quería seguir compitiendo. Esa clase de pundonor deportivo era la característica clave de este gran deportista.
En 1966, Pedro J. comenzó a llegar a su mejor nivel. A pesar de tener un equipo muy limitado, competía de igual a igual con la gran cantidad de antioqueños, cundinamarqueses, vallunos y españoles que dominaban las Vueltas de aquellos años. Su coraje le ganó el apodo de El León del Tolima, que todavía lleva con orgullo. En el 66 fue sexto en la general y fue seleccionado a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, donde hizo parte del equipo colombiano que ganó medalla de oro. En 1967 fue quinto en la general.
Para la Vuelta del 68, Telecom y Adpostal se unieron para darle a Pedro J. todas las herramientas para ganar la gran carrera. Pedro Julio Sánchez era empleado de Telecom en Ibagué, donde había llegado como mensajero y había hecho carrera. La unión de las dos empresas se plasmó en el equipo Telepostal, que contrató a Francisco Luis Otálvaro como técnico. Pedro J. se entrenó más de 4 meses para la competencia, algo que no había podido hacer en años anteriores. Con esas herramientas y sus grandes aptitudes deportivas, logró la gran hazaña. Tenía 28 años cuando ganó la Vuelta.
Pedro J. representó a Colombia en los Juegos Olímpicos de México 68 y fue 30 en la prueba de ruta de aquella olimpiada. En 1969 fue quinto en la Vuelta y ganó dos etapas. En 1970 fue sexto. En 1971 fue noveno y ganó su última etapa en la Vuelta, en la llegada a Pereira. En el 72 fue puesto 44. En el 73 obtuvo el puesto 23. En ese año, cuando ya se le veía el cansancio de 13 años de vueltas a Colombia, su esposa le pidió que se retirara. Terminaba así la gran carrera del León del Tolima.
Una Vuelta a Colombia, seis etapas ganadas, 8 veces entre los 10 primeros, una Vuelta a la Costa, medallista de oro en unos Centroamericanos y del Caribe, son sus principales logros. Un gran deportista y un gran señor.
Pedro Jota sigue practicando el ciclismo a sus 75 años, que cumplirá en este mes de abril de 2015. Es una persona tranquila, que vive su jubilación serenamente. Nos ha dejado un legado inmenso de pundonor deportivo, coraje y sencillez. El gran León del Tolima vive en la memoria agradecida de muchos tolimenses, que lo recordamos con cariño y nunca olvidaremos su legado, en especial aquel mayo del 68. Gracias, Pedro Jota, por tantos bellos recuerdos.
Para conocer más de Pedro J, les dejo de sobremesa esta buena entrevista: