viernes, noviembre 19, 2021

18 de noviembre de 1981

Con foto de El Rincón del Vinotinto, mis recuerdos del 18 de noviembre de 1981, hoy hace 40 años. 



Hoy hace 4 décadas tuvimos uno de los sustos más grandes de nuestra vida. Estábamos siguiendo el partido del glorioso Deportes Tolima de 1981, el comandado por Victor Hugo del Rio en plenas finales del fútbol colombiano. Enfrentábamos al Deportivo Cali en Ibagué.

Yo estaba en Bogotá, pegado del radio. De pronto, antes de comenzar el partido, se escuchó un gran estruendo a través de la radio. Lo describió así El Tiempo:

"...De pronto, antes de que los jugadores saltaran al terreno de juego, se sintió un estruendo brutal. Una de las barandas de las tribuna occidental cedió y se fue al piso. Una mole de cincuenta toneladas cayó sobre los espectadores. Ya antes, en febrero, la cubierta de esa misma área había caído, afortunadamente, sin víctimas".

Tribuna Occidental! Mi papá! Pensé inmediatamente en que algo le había pasado. Llamé a la casa, muy angustiado. Mi mamá no sabía nada. Era un época sin celulares ni ninguna herramienta de comunicación especial. Estuvimos varias horas en vilo, hasta que mi mamá salió a buscarlo por clínicas y hospitales.

Lo encontró en el Federico Lleras. Mi papá estaba a pocos metros de la tragedia, pero reaccionó como el buen médico que era. Bajó corriendo a la gramilla, atendió heridos desde el primer momento, se montó en una ambulancia y se fue para el hospital. A la casa llegó a la madrugada, mientras tanto en Bogotá Juan Carlos y yo no sabíamos nada.

18 personas murieron aquella noche en el Estadio de Ibagué. Centenares de heridos fueron atendidos en el Federico Lleras, situado a pocas cuadras del Murillo Toro.

El equipo jugó el resto de la temporada en Bogotá. Le ganamos al Cali y luego fuimos subcampeones. Quedaron recuerdos agridulces de aquel remate de 1981. Uno de los más lindos es el recuerdo de aquel médico valiente, Humberto Niño Rodríguez, cumpliendo con su deber en la gramilla del estadio de Ibagué.


domingo, julio 18, 2021

Se nos fue Julián Gómez

Sábado 27 de julio de 2019. Toda Colombia pendiente de la etapa decisiva del Tour de Francia, con la subida al Val Thorens, en una etapa reducida en su recorrido por el pésimo tiempo. En Zipaquirá, la tierra natal del líder Egan Bernal, se organizan pantallas gigantes en la plaza principal, para que el pueblo entero pueda ver la consagración del joven de 22 años.

Cuando Egan logró el cuarto puesto en la etapa y aseguró la victoria general, Zipaquirá entero saltó de alegría. Las imágenes de aquel histórico día para el ciclismo así lo mostraron. Con muchísima emoción, se festejaba la primera victoria de un colombiano en la máxima carrera del ciclismo mundial, después de 3 décadas de participaciones. Egan se convertía en el campeón más joven del Tour de Francia en 110 años.

Muchos colombianos nos emocionamos con la victoria, a lo largo y ancho del territorio nacional. Algunos, de lagrima fácil como yo, lloramos de alegría por la victoria conseguida. Pero la imagen clásica de ese día, la que quedó en la retina de muchos y en la lente de los fotógrafos, fue la bellísima foto de un niño de 11 años, llorando de emoción y alegría en Zipaquirá. La imagen fue registrada en Colombia y en muchos periódicos del exterior.




El niño se llamaba Julián Gómez, era un precoz ciclista de Zipaquirá, que adoraba a Egan Bernal y lloró sin pena la emocionante hazaña de su coterráneo. Fue invitado a la recepción que le hicieron a Egan en su ciudad y pudo abrazar al campeón. Su imagen fue inmortalizada en un mural en Zipaquirá, junto al campeón Bernal. “Me volví famoso de un momento a otro. No sé por qué si no gané el Tour, pero es algo muy bonito”, confesaba Julián en aquellos días. 







Hoy, domingo 18 de julio de 2021, un poco menos de 2 años después de aquella foto, Julián fue atropellado por una tractomula cerca de Zipaquirá, cuando practicaba ciclismo junto a su abuelo. Murió instantáneamente. De acuerdo con su entrenador, Julián estaba adelantando una práctica más corta de lo normal para poder regresar a su casa,  a ver la final del Tour de Francia 2021. 

Muchos colombianos sentimos profunda tristeza por la prematura muerte de Julián. El presidente Duque expresó su dolor en su cuenta de Twitter.


Muere un niño, queda su recuerdo, que ojalá transcienda en mayores medidas de protección a ciclistas y mayor cuidado de ellos cuando salen a las vías llenas de automotores. Les dejo la imagen de Julián en su momento de mayor alegría, aquel día de gloria de julio de 2019. Paz en su tumba.










miércoles, junio 09, 2021

Rodrigo Quintero

¿Cómo puede uno despedirse de un buen amigo? ¿Cómo se puede sobrellevar su ausencia? La temprana partida de Rodrigo Quintero Ramírez ha sido un golpe muy duro para muchas personas, pero en este escrito quiero concentrarme en recordar a a aquel gran amigo de la Escuela Naval. 

Sábado 7 de julio de 1973. Provenientes de muchas partes del país, más de 100 muchachos llegamos a la Escuela Naval de Cadetes de Cartagena, a perseguir el sueño de convertirnos en oficiales navales. Muchos llegamos muertos del susto, con apenas 16 años recién cumplidos, como era mi caso. Duros días para los reclutas, que éramos tratados sin contemplaciones, solo los más fuertes sobrevivirían. En mi caso no había vuelta atrás, debía aguantar al menos 2 años antes de pensar siquiera en regresar a mi casa en Ibagué.

Fuimos divididos en 4 cursos, correspondiéndome el curso 1-1 Charlie. Formamos un grupo que se fue desgranando en los primeros 3 meses, quedando para la Jura de Bandera 18 cadetes, menos de 80 en total para el contingente NR-67. Aprendimos a conocernos y a respetarnos. Jaime Mallarino, Manuel Ayuso, Iván Correa, Calixto Cortés, Juan José Moreno, William Guarín, Luis Fernando Pérez, formaban parte de aquel curso 1-1 Charlie. Hoy continuamos con ellos y muchos otros "contis", casi 48 años después, con el fuerte vínculo de afecto que se forma en la Escuela Naval. 

También formaba parte de aquel 1-1 Charlie un muchachito proveniente del Valle, que tenía apenas 15 años de edad. Rodrigo Quintero sobresalía en nuestro grupo por el gran entusiasmo y el gran tesón que le ponía a cualquier actividad que desarrollaba. Poseedor de una gran energía, nadie podía notar que era de los más jóvenes del grupo. Atento a las órdenes de sus superiores, gran atleta, buen estudiante, impecable en su vestimenta, Rodrigo era una de mis grandes referencias en esos primeros meses de Escuela. ¿Cómo hace este flaquito, este pajarito, para seguir corriendo sin cansarse a las 9 de la noche?, me preguntaba. Rodrigo era la definición perfecta del "cadete prusiano".

Curso 1-1 Charlie, NR-67, octubre de 1973

En la foto oficial que nos tomaron un par de días antes de la Jura de Bandera, salimos juntos Germán Niño y Rodrigo Quintero, agachados, en el extremo izquierdo de la foto. Un recuerdo que se hace muy valioso en este momento, cuando despedimos al amigo que parte tan temprano. 

Durante los siguientes 2 años, tuvimos una buena y cordial relación de amistad y compañerismo con Rodrigo. Recuerdo mucho sus pequeños gestos de compañerismo, completamente desinteresados. Varios domingos en los que yo no podía salir por estar de guardia, Rodrigo llegaba con un "pudín" de regalo, algo de comer que sabía a gloria y que yo le agradecía mucho. Aquel flacucho muchachito de los primeros días se había crecido y era un cadete que disfrutaba y se gozaba la Escuela.


En estos días de reencuentro encontré una buena foto de Rodrigo en 2-2, casi dos años después de su llegada a la Escuela, que muestra su buen porte de cadete. Mirada firme, segura, impactante para un joven de 17 años. Así lo recuerdo todavía, aunque dejé de verlo durante 45 años.

Rodrigo continuó en la Escuela, estuvo en el famoso viaje del Gloria en 1976, cuando se celebraban 200 años de la independencia de Estados Unidos. Se graduó como oficial, Teniente de Corbeta, el 26 de mayo de 1978, cerca de 5 años después de nuestra llegada de reclutas a Cartagena. Ascendió hasta Teniente de Navío e inició una nueva carrera como Oficial de Operaciones en la Draga Bocas de Ceniza, donde adquirió nuevas habilidades para luego certificarse como piloto práctico. En 1994 ya tenía licencia como Piloto de Primera en los puertos de Buenaventura y Turbo, llegando después a convertirse en Piloto Maestro. Empresario con visión, formó empresa para aprovechar sus valiosas habilidades.




Se casó con Gloria Amparo Rodríguez, unión de la que tuvo a Rodrigo Quintero Rodríguez, hoy Capitán de Corbeta. Con Ana Milena Zuleta tuvieron 2 hijas, Sandra Milena y Celeste Quintero Zuleta. Sus tres hijos eran una parte importantísima de la vida de Rodrigo padre.

Rodrigo padre y Rodrigo Junior


Rodrigo y sus 3 hijos


A mis antiguos compañeros del contingente NR-67 los volví a encontrar a mediados del año 2020, 47 años después de haber ingresado a la Escuela Naval. Eramos diferentes, maduros, muchos jubilados y con nietos, pero al mismo tiempo éramos otra vez aquellos muchachitos de 1973, con picardía, juventud, confianza y amistad incondicional. Ya no importaban los cursos, ya no valía la antigüedad, éramos otra vez muchos reclutas de la compañía Delta recordando con cariño y aprecio nuestro tiempo en la Escuela. De la mano y la guía de Gabriel Salazar y otros compañeros volvíamos a navegar juntos. Cuántos amigos volvimos a estrechar lazos después de casi 5 décadas de no vernos. 


Entre ellos, otra vez destacaba Rodrigo. Amable y afectuoso, era otra vez aquel amigo que me traía pudines en aquellas noches de 1974 en la Escuela. Siempre me llamaba Germancito, me hacía recordar a Cartagena, la Escuela, esos 2 años duros y a la vez felices de mi adolescencia. Un hombre muy amable y cordial, que se gozaba la vida de la misma manera que había gozado la Escuela.

Su últimas intervenciones en nuestro chat fueron para contarnos un inverosímil vuelo privado entre Buenaventura y Cali, el 13 de mayo de 2021, donde fue el único pasajero, experiencia que disfrutó como un niño chiquito. Igualmente, una semana después, nos contó muy emocionado de la ciudadanía en Estados Unidos de su hija Celeste, que lo llenaba de orgullo. "La he dejado navegar sola, ya llegará el momento de aconsejarla e impulsarla", nos decía. 





El domingo 23 de mayo, en horas de la noche, fuimos informados por Carlos Martínez y Federico Przbilla en nuestro chat acerca de la salud del Pirry, supimos que estaba hospitalizado después de varios días de síntomas que había descuidado. Todos los compañeros de una u otra manera buscamos la manera de ayudar. Entró en UCI el 26 de mayo, a librar una batalla en la que había muy pocas esperanzas. Nos dejó el lunes 7 de junio, quedando devastados sus muchos amigos. Hará mucha falta Pirry, que parte hacia la inmortalidad con apenas 63 años. Había nacido el 18 de octubre de 1957.

Para finalizar, les dejo un sabio consejo de Rodrigo: "A los amigos los quiere uno con sus virtudes y sus defectos. Hay que respetar sus ideas y sus pensamientos." Una filosofía de vida que suena simple, pero que Pirry practicó con la misma tenacidad con que afrontó todos los retos de su vida y que lo llenó de amigos. Se hacía querer. Buen viento y buena mar, Rodrigo. Seguiremos brindando por los recuerdos, por Rodrigo Jr, Sandra y Celeste, en quienes recordaremos el gran hombre que fuiste.

Rodrigo Quintero, octubre de 1957- junio de 2021


domingo, mayo 23, 2021

Jorge Franco Lema

Hoy domingo 23 de mayo de 2021, a media mañana, recibí la triste noticia de la muerte inesperada de Jorge Franco Lema, un buen amigo ibaguereño a quien conocí en los años setentas en mi paso por la Escuela Naval de Cadetes en Cartagena. Me llegaron a la memoria muchos gratos recuerdos de Jorge, un buen hombre, un caballero del mar, un colombiano de esos de quien debemos enorgullecernos.

Jorge Alberto Franco Lema nació en Ibagué el 17 de agosto de 1954, en el seno de una conocida familia tolimense, vinculada por varios lazos a la familia Niño Rodríguez. 

Se graduó como bachiller muy joven, a los 16 años, en el Colegio Francisco Jiménez de Cisneros, en el que yo también estudié, terminando estudios en noviembre de 1970. 

Con apenas 16 años entró a la Escuela Naval en enero de 1971 como bachiller en el Contingente 56, que en el argot de la Escuela era un contingente de “recabros”. Después de hacer un semestre como reclutas, el curso 1-1, los “recabros” eran pasados en el siguiente semestre a 2-2, sin hacer los cursos 1-2 y 2-1. Esa modalidad implicaba que los “recabros” eran tratados duramente en la Escuela, situación que Jorge soportó con valentía, a pesar de su corta edad.

Yo ingresé a la Escuela en julio de 1973, cuando Jorge estaba en el curso 4-2, embarcado en El Gloria. Lo conocí cuando retornaron “los gloriosos” a Cartagena, en el pequeño círculo de tolimenses que estábamos en la Escuela. 

Hablamos de nuestras familias y encontramos un recuerdo común: Mi abuelo Pedro Antonio Niño había sido muy amigo de Rafael Lema, abuelo de Jorge. Copartidarios, conservadores en una ciudad muy liberal, el banquero Rafael Lema había financiado la construcción de un edificio de mi abuelo en el centro de Ibagué. Mis tíos habían sido muy amigos de las tías de Jorge, así que encontramos muchos vínculos comunes y hablábamos mucho, a pesar de yo ser apenas un recluta y el un cadete a punto de pasar a ser guardiamarina.


Durante 1974 seguimos siendo cercanos, siendo él guardiamarina, habiéndose graduado en diciembre de 1974 como Teniente de Corbeta. Jorge continuó vinculado a la Armada durante 17 años, habiendo sido Oficial de planta en la Escuela Naval, profesor de Electrónica Digital, Sistemas de Armas, Sistemas de Comunicaciones y Sistemas de Radar. Fue ayudante privado de dos comandante de la Armada y del director de la Escuela Naval. Fue Comandante de las Unidades ARC Albuquerque, ARC Espartana y ARC Arauca. Se retiró en 1991, con el grado de Capitán de Corbeta.

Jorge se graduó como Ingeniero Naval, hizo un Master en The United States Naval Postgraduate School, fue Vicepresidente de Vikingos, Gerente Regional y Director Comercial de Avianca, docente en la Universidad de la Sabana, para finalmente dedicarse a manejar la franquicia en Colombia de WSI, una compañía multinacional de marketing digital que manejó desde 2011 en Colombia. 

Allí, en su estadía en WSI nos volvimos a encontrar, siempre tan amable y sencillo como siempre. Trabajamos juntos en varios proyectos, visité su casa en Bogotá, compartimos buenos momentos. 

Jorge llevaba una vida sencilla con su esposa Maria Patricia Marquez Arrazola, feliz en su papel de abuelo, con dos hijas Maria E. y Daniela, su hijo Jorge y sus 2 hijos del primer matrimonio de María Patricia. Experto en varios temas, Jorge siempre brilló por su inteligencia y su don de gentes.


Me duele mucho la partida de Jorge Alberto. Siendo yo un muchachito de 16 años en la Escuela me brindó su apoyo y su amistad, en momentos duros y solitarios. Cuando nos volvimos a encontrar en la vida, me trató como amigo y trabajamos juntos en un ambiente cordial y profesional. Se fue muy joven, dejando una estela de buenos recuerdos y grandes enseñanzas. Durante la pandemia manifestó en muchas ocasiones su dolor de patria y su preocupación por la situación general del país. Murió prematuramente, muy preocupado por el momento que vive Colombia. Se va un buen tolimense, un buen colombiano. Buen viento y buena mar, Capitán Jorge Alberto. 

Germán Niño, cadete naval, NR 67-46




lunes, abril 26, 2021

Un lector empedernido y su librero

Esta tarde de tercer pico de pandemia salí de mi casa a acompañar a mi hija a una larga consulta de oftalmología, en un edificio de consultorios en Usaquén. Como la consulta podía demorar más de una hora, decidí caminar unas cuadras hasta Hacienda Santa Barbara, uno de mi lugares favoritos para caminar en Bogotá. Mientras caminaba por los desolados corredores, me topé de frente con la Librería Nacional, un almacén que siempre me ha atraído, como les comentaré más adelante.


Entré, recorrí la zona de novedades, llena de nuevas ediciones de muchos libros que me llamaron la atención. Iba en concreto a buscar el reciente libro de memorias de Rudolf Hommes, ASÍ LO RECUERDO, que se puede encontrar en Amazon, pero quería tener en edición física. Llegué a la caja, pedí mi descuento de lector frecuente, pagué y ya me disponía a salir, cuando oí una voz muy conocida a mis espaldas. Me acerqué al dueño de esa voz ronca e inconfundible y pregunté: ¿Fernando? El librero se volteó y me saludo ¡Don Germán! ¡Tiempos sin verlo! 


Llegaron a mi memoria años y años de visitas a la Librería Nacional. Muy recién llegado de la Escuela Naval a Bogotá en 1975, el sitio de moda era la carrera 15, entre calles 77 y 85. Allí podía uno encontrarse con amigos en una nueva cafetería llamada Oma, comprar pan en Pan Fino, tomar onces en El Chiquito, sucursal del Cream Helado grande de la Caracas, tomar cerveza en la Taberna Bávara y comer pizza en un nuevo restaurante llamado Jeno´s.  El centro de actividad era el Centro Comercial El Lago, lleno de almacenes elegantes y concurridos. Allí, en ese centro comercial, se montó la primera Librería Nacional de Bogotá, seguida muy rápido de la Librería Nacional de Unicentro. En La Nacional compraba en aquellos años El Gráfico de Argentina, que llegaba de vez en cuando a sus estantes de revistas. Recuerdo mucho las bellas ediciones del Mundial de Argentina de 1978.

Centro Comercial El Lago de Bogotá




Unos años más tarde, La Nacional montó una nueva sucursal en el centro, en un pasaje en la carrera séptima, entre calles 17 y 18. Allí compraba en aquellos años todos los comics franceses de Tintin, Lucky Luke, Asterix y Obelix, junto a los libros de Mafalda y revistas de economía. Compraba igualmente la edición dominical del New York Times. Ya trabajando desde 1982, La Nacional de la 17 era mi refugio cuando almorzaba solo, pues era la única librería de Bogotá donde uno podía sentarse a leer libros antes de comprarlos. 


Hacia 1983 llegó a La Nacional de la 17 un nuevo muchacho vendedor. Fernando destacaba por su voz ronca y su habilidad para aconsejar nuevas publicaciones. Pronto se acostumbró a verme llegar, me decía por ejemplo que me había guardado la edición del periódico o que había llegado un nuevo libro de Asterix. Varios años fue mi librero en el centro, mis gustos iban cambiando en la medida de los años. Poco a poco las responsabilidades me fueron alejando de mis continuas visitas a la librería.


Llegaron los años 90 y comencé a visitar la Nacional de Unicentro. Yo iba a la librería los fines de semana, ya con dos niños pequeños y algunas veces acompañado de mi esposa. Los niños corrían a la zona de libros infantiles, mientras yo compraba revistas de tecnología y los más recientes libros. En una de esas mañanas de sábado, me encontré con Fernando. Había sido ascendido al segundo puesto en esa importante sucursal, pues el primer puesto lo tenía Felipe Ossa Domínguez, el gerente en esa época y ahora propietario de La Nacional. Retomamos la vieja rutina y de nuevo se convirtió en mi librero. Un buen día, Fernando me dijo que había logrado que, de por vida, me dieran un descuento del 10% sobre cualquier compra que hiciera. Un honor que aún hoy conservo y que le agradecí mucho.



En 1997 llegó mi tercera hija y vinieron muchas cosas que me alejaron de los libros y de La Nacional. Llegó el Siglo XXI, me establecí algún tiempo fuera del país, cuando volví a Bogotá descubrí las librerías de viejo en el centro y diversifiqué mis visitas en varios lugares. Después llegaron los libros electrónicos, primero en PDF y luego en el maravilloso invento del Kindle.  Solo de vez en cuando compraba libros en La Nacional de Unicentro o de Santa Barbara.


Por eso mi emoción de hoy al encontrarme a Fernando, mi librero desde 1983. Habían pasado 24 años sin vernos. Me contó que ya está jubilado, pero que La Nacional le pidió seguir con ellos "hasta cuándo el cuerpo aguante". Se acordaba perfectamente de mí, recordaba a mis dos hijos pequeños. Le conté que ahora tengo un nieto de la edad que tenían mis hijos cuando visitaba La Nacional en los 90s. Nos miramos con nostalgia. Un lector empedernido y su librero volvían a encontrarse.

La Nacional cumple 80 años en septiembre de este año. He leído mucho sobre su historia y ha sido una compañera de vida muy importante para mí. Llevo con honor el título de lector frecuente de esa importante institución colombiana. Hoy volví a revivir con nostalgia aquellos maravillosos momentos que me ha brindado La Nacional. Gracias por tantos libros, gracias por tantos recuerdos.

Felipe Ossa, propietario de la Librería Nacional






jueves, febrero 11, 2021

Adiós a las Armas en 1958


Martes 3 de junio de 1958. En plena euforia por la vuelta de la democracia a Colombia, un nutrido grupo de bogotanos asiste al estreno de “Adios a las armas”, película dirigida por el gran director italiano Vittorio de Sica y protagonizada por Rock Hudson y Jennifer Jones. La época de oro de los grandes teatros bogotanos.

Plaza de Nariño en Bogotá

Plaza de Nariño en Bogotá, sector de San Victorino. Foto de 1928. Las líneas del tranvía que venían desde San Diego y Fontibón llegaban a San Victorino, con lo cual se creó una glorieta para que los tranvías dieran la vuelta en ese lugar. 


Plaza unos años después. Bus con destino a Avenida de Chile. 


La estatua de Nariño fue inaugurada en 1910.


Localización en el mapa de 1923.


Mañana del 10 de abril de 1948


Estado actual de la zona.







Hipódromos históricos de Bogotá


En grupos de Facebook publican fotografías de hipódromos antiguos en Bogotá, donde equivocadamente sitúan al Hipódromo La Magdalena en el actual barrio de Galerías. La realidad es que el Hipódromo La Magdalena funcionó entre 1897 y 1925 al occidente de la Avenida Caracas, entre calles 37 y 40. El Hipódromo de la 53 funcionó entre los años 30s y 40s al oriente de la Avenida 30, entre las Calle 53 y 55, aproximadamente. Incluyó igualmente la localización aproximada del Hipódromo de Techo, con una foto de 1960.

Carrera de carros de madera en 1950


Carrera de carros de madera en Bogotá en 1950. El carro más elegante estaba patrocinado por Sello Vergara de la ciudad de Ibagué. Bella foto del maestro Sady González, coloreada digitalmente.

El Sello Vergara lanzó varios artistas a la fama, incluidos Garzón y Collazos y Los Tolimenses.



El Edificio Murillo Toro en Bogotá

 


Edificio Murillo en la calle 13 entre carreras séptima y octava en Bogotá. Diseñado por Bruno Violi, fue inaugurado en 1941. En 1927 se ordenó la destrucción del Convento de Nuestra Señora del Rosario y mediante las leyes 85 y 198 de 1926 y 195 se ordenó la construcción del palacio de las Comunicaciones, que fue inaugurado en 1944.



domingo, enero 10, 2021

Las tendencias del 2021

El consultor mexicano Carlos Glatt, diseñador especializado en Design Thinking, innovación y nuevos modelos de negocio, presentó las tendencias que el consultor considera serán claves para el año 2021.  Algunas de ellas son muy importantes y deben tenerse en cuenta.


1-Los humanos deseamos volver a socializar pero el trabajo a distancia básicamente se quedará igual. El modelo mixto de trabajo es irreal, simplemente seguiremos trabajando en línea desde nuestras casas cada vez más adaptadas y con reuniones en lugares divertidos y diferentes, cada mes, para socializar y conectar.

2-Las oficinas cierran en un porcentaje altísimo y ese modelo atrasado es retomado por tecnologías disruptivas. Cada día tendremos más asistentes digitales para trabajar en forma eficiente.

3-Los hoteles de trabajo desaparecen en un 50% por lo menos. Nunca regresan los viajes, congresos o reuniones de trabajo como eran, si es que se pueden hacer en línea. El turismo de trabajo desaparece prácticamente. Las llamadas se convierten en videollamadas.

4-Las casas se vuelven más tecnológicas y adaptadas al trabajo diario. Muchas empresas se dedicarán a solucionar las necesidades de trabajar desde casa. La casa cambia de ubicación. Hoy se puede vivir fuera de una gran ciudad, trabajar igual y generar mismo valor.

5-La productividad ya no depende de un jefe que te revise, ahora es por medio de plataformas que te ayudan a medir resultados, KPI’s y tiempos eficientes. La forma de contratar personal se replantea.

6-Todo lo repetitivo se vuelve virtual y en esquema de suscripción. Desde iglesias, arte, gimnasios, cines, entretenimientos. A veces iremos a cosas físicas pero los números no darán para mantener las infraestructuras físicas que se tenían antes.

7-Las empresas que no inviertan por lo menos 10% en nuevas tecnologías desaparecerán. La empresa tradicional llegó a su fin en el 2020. Ya solo queda esperar a su muerte definitiva. Con recursos limitados las empresas requieren más certidumbre y mejores inversiones.

8-El turismo por entretenimiento regresa totalmente fortalecido en el segundo semestre del 2021, siempre acompañado con mucha tecnología en su operación, desde la compra, la operación y las experiencias a recibir. La gente aprecia más que nunca visitar lo natural, pero con soluciones altamente tecnológicas.

9-El manejo de datos personales se vuelve más delicado y las grandes plataformas cambiarán. La gente regresa a pagar cosas por suscripción por el sentido de transparencia que involucra. Prefieren pagar que regalar sus datos.

10-La fuerza laboral se reduce dramáticamente y se le dan muchas operaciones simples a la A.I. Para el 2024 el A.I. ya manejará operaciones complicadas en millones de lugares.

11-La educación nunca regresará igual. Se vuelve presencial pero tecnológicamente adaptativa. Cada quien lo que necesita. Estudiar Offline e in-line será lo normal. Las escuelas e universidades se transforman en un esquema híbrido para siempre.

12-El sistema médico se adaptó a lo digital con tecnología a distancia para siempre. Una cita médica en teleconferencia será lo normal. La gente seguirá con pruebas de Covid rápidas por todo el 2021 para sentirse seguros. La vacuna se acelera mucho pero encontrará grandes retos en el camino.

13-La economía personal se contrae, se utilizan nuevas formas de generar transacciones comerciales y la gente ahorra más. Un porcentaje alto del gasto familiar se destina a actividades que antes no se pagaban y viceversa.

14-El comercio sigue creciendo, pero en línea, entran jugadores como Facebook, Tik-Tok y YouTube a competir con Amazon. Cierra un porcentaje cercano al 50% de tiendas físicas globales. Las tiendas sobreviven gracias a ser experiencias y show rooms, pero el comercio real para finales del 2024 será mayor en línea que presencial en muchos rubros. Los grandes centros comerciales quedarán atrapados en el tiempo. Muy pocos sobrevivirán a largo plazo.

15-El cambio climático será un tema muy hablado y apoyado. Grandes industrias seguirán en la transformación y se utilizará la A.I. para comprenderlo y operarlo mejor.

16-Nuevos modelos de información y noticias por suscripción con más transparencia ayudarán a dar contenidos sin tanto “Fake news” La credibilidad y transparencia será la piedra angular de todas las empresas.

17- La salud mental se vuelve un tema recurrente y grandes plataformas ayudan a la gente a sobrellevar las situaciones de agresividad, soledad y angustia que han vivido al estar aisladas. Uno de los grandes costos del 2020 es la complicación para trabajar nuevamente en equipo.

18-Las grandes problemáticas como la educación, la salud, la energía, la seguridad, la política, la destrucción de la clase media, toman los reflectores y se desarrollan soluciones por parte de las empresas tecnológicas.

19-Todo se va a lo natural y saludable. Comida, experiencias y forma de interactuar. 100% natural es lo de hoy. Producir los propios alimentos, meditar y ejercitarse, pasan a ser parte de día a día. La permacultura y los sistemas de producción personales eficientes crece exponencialmente. Cada quien quiere poder satisfacer sus necesidades comestibles sanas personales.

20-El mundo está viendo este año como un nuevo inicio. Un renacimiento. Le gente replanteará sus metas personales, de trabajo, de salud, de dinero y espirituales. Vienen grandes oportunidades para satisfacer todos esos requerimientos y cambios de pensamiento. Un nuevo inicio con valores más reales.

El autor es especialista en en Design Thinking. Es consultor externo para grandes compañías internacionales. Autor del libro best seller “Giro de 720º: curiosidad, creatividad, felicidad”. Carlos Glatt es creador y socio de la marca Piraña Joe, marca internacional con presencia en más de 16 países, con tiendas propias enfocadas a los viajeros. 

Carlos Glatt produce y dirige el programa de TV “Criaturas Creativas” en Canal 40 de México. Ha sido consejero editorial por invitación del Periódico Reforma para las secciones de Negocios y Entre muros. Ganador de numerosos premios de innovación. Sus desarrollos han sido expuestos en Bellas Artes, MUMEDI, Museo Franz Mayer, y Ferias del producto en México, Nueva York y Orlando entre otros. Diseñador Industrial por la UAM, con postgrado en diseño de espacios comerciales, creatividad, innovación, psicología del consumidor, crítica cinematográfica, negocios y mercadotecnia. Carlos Glatt es profesor de Diseño Industrial y es el creador del Premio Quórum para Diseño Industrial.



viernes, enero 08, 2021

Guillermo Flórez López

El comienzo del año 2021 nos ha sorprendido con la triste noticia de la muerte del Papo Flórez, nuestro compañero de la Escuela Naval. Guillermo Flórez, NR 67-77, ha muerto recién cumplidos los 64 años, dejando una estela de dolor muy grande entre todos los que tuvimos la fortuna de conocerlo.


En mi memoria vuelvo a recordar aquellos bellos tiempos de mediados de los 70s en la Escuela Naval. Guillermo venía de Bogotá, un muchacho de barrio, estudiante del Colegio San Tarcisio, rolo buena gente, querido y bonachón. El Papo había llegado a la Escuela motivado por su gran amigo Gabriel Salazar Saddy, su compañero de infancia y de colegio. 

Eramos compañeros en la tercera sección en la Compañía Delta, reclutas en el segundo semestre de 1973. Conversamos muchas veces con Guillermo y Gabriel, Papo y Lukas, me gustaba mucho oírles sus historias de barrio y colegio en Bogotá, parecidas a las de la vida de barrio que yo había vivido también en Ibagué. Cuando llegué a la Universidad en Bogotá en 1975, pude apreciar lo que habían vivido mis dos compañeros, en aquella tranquila ciudad que era la capital de Colombia a mediados de los años 70s.


Como lo cuenta el mismo Guillermo, la experiencia de la Escuela Naval fue inolvidable y marcó la vida de todos los que hoy somos CONTIS del NR67: "Aprendí la solidaridad, el concepto de la amistad, compartir, soñar, tener paciencia, la añoranza, disfrutar de la piscina después de una hora de trote, llegando en silencio a escondidas, la arepa de huevo en el kiosko los domingos, las salidas francos los sábados y domingos a Cartagena a disfrutar el Tres Esquinas y los submarinos con cerveza y aguardiente. Los embarques, la inmensidad del mar y el cielo estrellado que disfrutaba en la proa de los buques cuando lo permitían, el desfile militar del 20 de Julio de 1974, nunca lo olvidaré." Este recuerdo lo escribió para el ANECDOTARIO DEL NR67, que recopiló en buena hora nuestro compañero Luis Fernando Pérez, NR 67-54


El Papo estuvo en la Escuela hasta diciembre de 1975 y tuvo una muy buena formación académica. Estudió Planeación y Comunicación Estratégica en la Fundación Universidad de América en Bogotá y trabajó en construcción, en comunicaciones en Producciones Punch, RCN Televisión, Canal Caracol, Young & Rubicam y HBO. La vida lo llevó a establecerse en República Dominicana, donde trabajaba en Desarrollo Económico Local y Rural. Tenía una empresa dedicada a la Comunicación Estratégica y Comunicación Política, Flórez Ponce de León. Cómo Guillermo lo describía, pasaba sus días "en el paraíso del trópico, viendo el mar Caribe y disfrutando de un hermoso país y del cariño de sus habitantes."


El 2020, año de pandemia, fue llevadero para los compañeros del NR67, convocados por Gabriel Salazar, Jaime Mallarino, Alejandro Vidal, Rodrigo Quintero, Iván Correa y muchos otros. Con un grupo de Whatsapp y reuniones semanales en Zoom se reafirmó la amistad y compañerismo de casi 50 años atrás. Los jóvenes cadetes del NR67 somos ahora abuelos, algunos jubilados y contamos con algunos compañeros que se nos han adelantado en el viaje al más allá. En varias reuniones de zoom vi al Papo, aún joven y entusiasta, con la misma cara de buena gente y niño travieso de 1973. Por eso, su inesperada muerte nos llena de dolor y de incredulidad.

Los últimos días de Guillermo resumen buena parte de su trayectoria vital. Cerca de la Navidad nos escribió a sus compañeros: "Buenos días a todos! Ayer me quede sin batería y no pude participar de toda la reunión, nuestros mejores deseos para que las fiestas de fin de año sean en salud para todas las familias y que el 2021 que se acerca sea de bienestar, alegría y prosperidad. Estoy con Mónica en Bogotá para pasar la navidad con mi mamá y hermanas. El 26 de diciembre sigo para México a pasar el fin de año con mi hija Mónica que vive en el DF. Estamos con full medidas de bioseguridad en Bogotá y ahora en México también las tendremos". 

En Bogotá, su mamá estaba muy enferma, pero Guillermo y Mónica debieron seguir viaje para México. El 30 de diciembre celebró su cumpleaños 64. El 2 de enero, lo sorprendió un infarto mortal en CDMX. Un día más tarde, murió su señora madre en Bogotá. Devastadoras noticias. 

Guillermo se casó joven con su novia de toda la vida, Monica Ponce de León, con quien caminó 43 años de su vida. Le sobreviven igualmente sus hijos Alejandra, Daniel y Mónica. A ellos y al resto de la familia, un emocionado abrazo de condolencia. Nos duele en el alma la temprana partida de Guillermo.


En el año en que llegaremos muchos de aquellos compañeros de la Escuela Naval a la mítica edad de los 64, aquella que nos parecía tan lejana en 1973, recuerdo al Papo y recuerdo aquella vieja canción de The Beatles:

When I get older, losing my hair

Many years from now

Will you still be sending me a valentine, 

Birthday greetings, a bottle of wine?

If I'd been out 'til quarter to three

Would you lock the door?

Will you still need me, will you still feed me 

When I'm sixty-four?

Gracias Papo por tu vida, gracias por los recuerdos.