domingo, febrero 08, 2015

El alumno de los Salesianos

Uno de mis libros de cabecera es el "Libro Azul de Colombia", espectacular compendio de la Colombia de 1918, realizado por Jorge Posada Callejas, quien recorrió decenas de ciudades, tomando cientos de fotos, entrevistando a miles de personas y recopilando miles de datos sobre nuestro país hace casi 100 años. Leo la magnifica versión virtual que existe en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y la uso mucho en mi trabajo de historiador aficionado. 


Anoche, cuando estaba recorriendo sus páginas sobre Bogotá, me encontré con tres fotos muy relacionadas con la historia de mi familia, que quiero compartir en este blog, aprovechando de paso para contar algo de la llegada de mi abuelo Pedro Antonio Niño a Ibagué, este mes hace 90 años.





Las tres fotos fueron tomadas por Posada Callejas en el interior de la Escuela de Artes y Oficios de los Padres Salesianos en el Colegio León XIII de Bogotá, a comienzos de 1918. La primera foto muestra la Tipografía del Colegio, la segunda y la tercera talleres donde se enseñaban otras artes manuales. Los Salesianos enseñaban tipografía, fundición de tipos, encuadernación, herrería, mecánica, carpintería, ebanistería, sastrería, talabartería, zapatería y librería en esta Escuela de Artes y Oficios, fundada en Bogotá en 1890.

La importancia del tema para nuestra familia es que en esta Escuela de Artes y Oficios recibió su formación mi abuelo Pedro Antonio Niño, aproximadamente en la misma época en que se tomaron estas fotos. Oriundo de Oiba, Santander, mi abuelo emprendió un largo viaje hasta Bogotá para estudiar con los Padres Salesianos en este Colegio León XIII, donde aprendió tipografía, encuadernación y librería.


Nuestra familia había permanecido varios siglos en Tunja, donde se instaló el conquistador Pedro Alonso Niño hacia 1550. Como lo he contado en otras crónicas, el fusilamiento de nuestro antepasado Juan Nepomuceno Niño por parte de Pablo Morillo en 1816 obligó a varios miembros de la familia a salir de la ciudad que los había acogido por generaciones. Francisco Niño Camacho logró rescatar una finca familiar en Oiba, pues los españoles confiscaron gran parte del patrimonio familiar de los Niño en Tunja. Allí se instaló, pero el crecimiento demográfico de los Niño en Oiba fue muy grande y cuando nació mi abuelo no quedaba casi nada. Por ello debió viajar a Bogotá, a buscar educación y fortuna.

Mi abuelo siempre se enorgullecía de su trabajo y formación con los Padres Salesianos, lo que hace muy valiosas estas fotos, que muestran su entorno educativo hace casi 100 años. Pedro Antonio trabajó varios años en el Colegio León XIII, hasta que a comienzos de 1925 recibió la oferta de trasladarse a una pequeña ciudad, donde los Padres Salesianos habían abierto una nueva Escuela de Artes y Oficios. A pesar de estar muy enamorado de una bella muchacha de Oiba, el abuelo aceptó la oferta y en febrero de 1925 llegó a Ibagué, como instructor de tipografía de la Escuela de Artes y Oficios del Colegio San José de nuestra ciudad. Hace 90 años comenzó nuestra vinculación con el Tolima, a raíz de la generosa oferta de los Padres Salesianos a Pedro Antonio Niño.

El complejo salesiano en Ibagué se estaba formando desde 1904, pero realmente la Escuela comenzó a operar en forma a finales de los años 10s, con la terminación de la Iglesia de la Virgen del Carmen y el Colegio de San José. Allí llegó mi abuelo, que primero fue instructor y luego dirigió la Escuela de Tipografía del Colegio. Este era el aspecto del complejo salesiano de Ibagué a finales de los años 20s:



Durante varios años, mi abuelo sostuvo un noviazgo por carta con su prima Paulina Rodríguez, que se había quedado en Oiba. A finales de julio de 1931, decidió que ya era hora de dar el gran paso del matrimonio. Había recibido varias ofertas para independizarse en Ibagué y pensó que lo mejor era iniciar una nueva etapa con su novia de tantos años. El abuelo invitó a su novia Paulina y a su hermana Luisa a hacer el viaje desde Oiba a Bogotá, para concretar las cosas. Allí en Bogotá, por telegrama, mi abuelo pidió la mano de Paulina. Fue necesario un telegrama al Obispo de San Gil para pedir la dispensa matrimonial por ser los contrayentes primos hermanos.

Mis abuelos Pedro Antonio Niño y Paulina Rodríguez se casaron en la Catedral de Ibagué, el sábado 8 de agosto de 1931. Después del matrimonio,  celebraron con un desayuno en casa de Rosita de Polanco, conocida de mi abuelo Pedro en Ibagué. 



Viajaron de luna de miel a Buenaventura , nuevo puerto colombiano, abierto a raíz del recién inaugurado (1914) Canal de Panamá. El viaje de Ibagué a Armenia lo hicieron en carro, por la nueva carretera que se había construido con dineros de la indemnización de Panamá. En Armenia tomaron el ferrocarril del Pacifico hasta Buenaventura al nuevo y flamante Hotel Estación. Hicieron un paseo a la Bocana. Mis abuelos conocieron el mar, con fuerte mareo de mi abuela en la navegación.

Los Salesianos han aportado muchas cosas a la humanidad. A nosotros nos legaron Ibagué y el Tolima. Hace 90 años somos tolimenses, de todo corazón y con mucho orgullo. Por eso la emoción grande de haber encontrado estas fotos del Libro Azul, que otra vez vuelvo a recomendar a los lectores de este blog.