El 9 de diciembre de 1973 fue un día muy especial para Ibagué. Mario Moreno, el famoso actor mexicano, visitó nuestra ciudad para recibir el grado como Maestro Honoris Causa del Instituto Ibagué, la institución de educación nocturna dirigida por el Padre Pedro María Idrobo.
La visita de Cantinflas había sido una idea del Padre Idrobo, cuando tuvo la oportunidad de ver la película "El Profe", filmada en 1971, que estaba basada en la historia de un profesor de una escuela de un pequeño pueblo mexicano. Se puso en la tarea de contactar al artista, lo convenció de aceptar el título honorífico, logró que el Ministerio de Educación avalara el título, movió las fuerzas vivas del departamento y la ciudad para atender a Cantinflas y este, emocionado por el honor, aceptó venir a Ibagué a recibir su premio. La "tesis" de grado sería la exhibición de la película en el Teatro Imperial de Ibagué.
Cantinflas llegó desde México en un vuelo de Varig al Aeropuerto El Dorado de Bogotá, en horas de la tarde del 8 de diciembre de 1973. En el aeropuerto dio una corta conferencia de prensa, donde declaró que estaba "honrado y agradecido" y muy contento de viajar a Ibagué a recibir su título.
El Padre Idrobo dijo a los periodistas que la película "El Profe" de Cantinflas representaba exactamente la problemática de la educación en nuestros países y que por eso había decidido homenajearlo.
A continuación, tomaron una pequeña avioneta de dos motores para viajar a Ibagué. Viajaba con ellos el embajador mexicano, Victor Manuel Barceló. El viaje fue terrible. Uno de los dos motores no funcionó desde el principio y Moreno, piloto aficionado, se dio cuenta del problema. El padre Idrobo trató de calmarlo hablando y hablando, más que Cantinflas en una película.
El Padre Idrobo dijo a los periodistas que la película "El Profe" de Cantinflas representaba exactamente la problemática de la educación en nuestros países y que por eso había decidido homenajearlo.
A continuación, tomaron una pequeña avioneta de dos motores para viajar a Ibagué. Viajaba con ellos el embajador mexicano, Victor Manuel Barceló. El viaje fue terrible. Uno de los dos motores no funcionó desde el principio y Moreno, piloto aficionado, se dio cuenta del problema. El padre Idrobo trató de calmarlo hablando y hablando, más que Cantinflas en una película.