sábado, enero 10, 2015

La llegada del tren a Ibagué

El primero de enero de 1921 fue un día muy especial en la historia de la ciudad de Ibagué. Después de una espera de varios lustros, llegaba a la ciudad el primer tren, permitiendo la comunicación entre Ibagué y la capital de la república.


A las once de la mañana llegó la primera locomotora, que estaba siendo esperada por una inmensa multitud. Cuando las sirenas de las 3 máquinas que traían el tren sonaron, un grito unánime de entusiasmo brotó de la concurrencia, mientras que la banda del municipio y los pitos de los pocos carros que había en la ciudad acompañaban el gran momento.

En representación de las autoridades de la ciudad se encontraba el Obispo de Ibagué, Monseñor Ismael Perdomo Borrero, el Secretario de Gobierno del Departamento, el Alcalde de Ibagué y su gabinete. Venían en el tren el Gerente del Ferrocarril del Tolima, General Celerino Jiménez y el ingeniero encargado de la obra, Jorge Triana. En la estación hubo un corto discurso del Obispo, dando la bienvenida a los ilustres visitantes.

Enseguida, se organizó un desfile de autos hasta el Circulo Social de Ibagué, donde los socios antioqueños y el doctor Manuel J. Sarmiento ofrecieron una copa de champaña a los visitantes. El discurso de brindis fue pronunciado por el General Félix A. Vélez, a cuyas palabras respondieron los dos invitados de honor, que recordaron la labor de los presidentes Restrepo, Concha y Suárez en la obra, así como la colaboración de los ministros Araujo, Vélez y Jaramillo por llevar el ferrocarril a Ibagué. La Orquesta Quevedo amenizó el evento.

El único inconveniente se presentó en la noche, pues el baile en el Circulo Social y la gran iluminación en toda la ciudad debieron suspenderse, pues un daño en la luz eléctrica hizo imposible la realización de las festividades.

EL FERROCARRIL GIRARDOT IBAGUÉ

Por Ordenanza de 4 de agosto de 1892 se autorizó al Gobernador del Tolima para contratar la construcción de vías férreas en el departamento. El 2 de febrero del año siguiente se hizo contrato con el señor Carlos Tanco para construir un ferrocarril de frente a Girardot, a la orilla izquierda  del río Magdalena, a Ibagué, con ramificaciones para el norte y el sur  del Departamento. 

Al  estallar la guerra en 1899 había construidos 17 kilómetros del puente de Girardot a cerca del Espinal, y se había establecido servicio en ese trayecto con una locomotora diminuta y unos carros de malísima calidad y muy incómodos, y el servicio  era tan defectuoso que la mayoría de los viajeros, para no perder tiempo y no quemarse con las chispas de la locomotora, preferían hacer el viaje a caballo o a pie. La guerra acabó de inutilizar la carrilera y el escaso material rodante.

Terminada la guerra de los mil días, el señor Tanco adelantó la carrilera hasta el kilómetro 25 y la dotó de tres locomotoras, dos vagones, un carro para ganados y tres plataformas. Muerto el señor Tanco, sus herederos celebraron en junio de 1912 un contrato con el Gobierno Nacional, por el cual vendieron a éste la propiedad del ferrocarril con algunas anexidades por $30,000 oro y se comprometieron a devolver a la Nación $ 194,950 en bonos que el señor Tanco había recibido el depósito por cuenta de 25 kilómetros que no se construyeron.

En 1918, el ferrocarril ya llegaba hasta Chicoral, con los siguientes itinerarios: trenes de Flandes los domingos, lunes y jueves a las 7 y a la mañana y a las 3 de la tarde; de Chicoral a las 9  ½ y a las 5; los martes y viernes, de Flandes a las 7 y a  las 5 ½ , y de Chicoral sólo a las 9 ½ de la mañana; los miércoles y sábados  de Flandes a las 3 de la tarde y, de Chicoral a las 5 ½  de la mañana y a las 5 de la tarde. 

Carros en la Plaza de Bolivar en Ibagué, hacia 1919
En 1919 se extendió la línea férrea hasta Picaleña y finalmente el primero de enero de 1921 llegó hasta la ciudad de Ibagué. 

LA INFLUENCIA DEL FERROCARRIL

La llegada del ferrocarril trajo gran impulso a la ciudad, que se convirtió en un importante tramo en el camino entre Bogotá y el occidente del país. Crecieron los hoteles y el comercio, dinamizando Ibagué de una manera muy grande, que solo se volvería a ver en los IX Juegos de 1970.

La llegada del tren se complementó con la construcción de una imponente estación ferroviaria, que se inauguró en 1926. La zona se llenó de buses y de actividad comercial. 

Bus en la estación del tren en Ibagué, hacia 1927
Lamentablemente, el bello edificio de la estación fue demolido. Solo quedan algunas fotografías, como la que publico aquí, perteneciente al archivo fotográfico de don Santiago Vila.


Aquí va otra buena fotografía de la estación, tomada en 1928