domingo, septiembre 28, 2014

Milanesa de ternera desde 1968

Hoy domingo en la tarde decidimos quedarnos en la casa y usar el buen servicio a domicilio de Di Luca, probablemente la mejor opción para comer buena comida italiana en casa en Bogotá. Yo miro y miro la carta, llena de buenas opciones, pero no resisto la tentación de pedir una milanesa de ternera, acompañada de pasta Alfredo. Cuanto estamos comiendo, me pregunta mi hija porqué siempre termino pidiendo la misma cosa cada vez que comemos de Di Luca. Aquí le cuento a ella y a mis lectores la historia de mi veneración por ese sencillo plato.

El 14 de enero de 1968 salimos muy temprano de Ibagué mi papá y yo, hacia la ciudad de Manizales. Yo tenía 10 años, casi 11 y estaba muy emocionado pues iba a hacer un programa de grandes con mi papá. Esa tarde se cerraba la Feria de Manizales con una muy buena corrida, con 6 toreros encabezados por Manuel Benitez, el famoso Cordobés. El viaje iba a ser pesado, pues eran 4 horas por carretera, incluyendo la famosa subida a La Línea. El plan era salir temprano, comer algo en el camino, aguantar para almorzar en Manizales, ir a la corrida y volver a Ibagué hacia la medianoche.

La corrida fue de lujo. 6 toros de Aguas Vivas para Julio Aparicio, Pepe Cáceres, Vázquez II, El Cordobés, Paquirri y Pedrín Benjumea. El tolimense Pepe Cáceres corto 2 orejas y Paquirri otras dos. El Cordobés hizo una muy buena faena, pero falló a la hora de matar. Yo no entendía mucho del tema, pero compartí la emoción de mi papá por la espectacular faena de Pepe Cáceres, la mejor de la Feria de Manizales de aquel año. 


Lo que más recuerdo de ese viaje, sin embargo, no tiene nada que ver con los toros, sino con la comida. A la hora del almuerzo, en uno de los mejores hoteles de Manizales, mi papá pidió dos milanesas de ternera, plato que no se conocía en Ibagué, o por lo menos yo nunca había probado. Quedé impresionado por el sabor de aquel platillo. Hasta hoy, siempre que veo en un menú de un restaurante una milanesa, mi memoria hace click y recuerda: viaje a Manizales con mi papá -almuerzo en el hotel - Pepe Cáceres - El Cordobés - pasodobles. Siempre me gana el recuerdo y termino pidiendo lo mismo.

La milanesa napolitana, tal como la conocemos hoy en día, no es un plato italiano. Su origen fue en un restaurante de Buenos Aires de la década de los 40s, llamado Napoli,  con dueños italianos. Se volvió un clásico en Argentina, donde se acompaña tradicionalmente con papás a la francesa. El 80% de los hogares argentinos comen milanesa de ternera una vez a la semana, por encima de los bifes y los churrascos, que llegan al 66%. 


Aquí en Bogotá yo la pido en Di Luca o en El Boliche, buen restaurante dedicado exclusivamente a vender milanesas. Su famosa combinación de media milanesa y media pasta es buenísima. Muchos años fui hasta La Macarena a buscar sus milanesas, afortunadamente hace algunos años abrieron sucursal en la 69 con 10, donde voy cada vez que siento añoranza de este buen plato.


Mi papá me dejó muy buenas enseñanzas y muy buenos recuerdos. Este de enero de 1968 me ha perseguido toda la vida, para mi buena fortuna.