lunes, junio 16, 2014

Análisis estadístico Segunda Vuelta Elecciones Colombia

Comienzo por aclarar que si bien este blog está dedicado a temas de historia, música y recuerdos personales, mi trabajo diario es ser un analista financiero, donde uso frecuentemente proyecciones, modelos matemáticos, análisis de variaciones, datos claves, etc. Durante muchos años he combinado la pasión de la historia con la matemática.

En esas aberraciones que dicha combinación produce, he analizado muchas elecciones a lo largo de mi vida. En la universidad me pasaba tardes enteras en el DANE, revisando el comportamiento electoral de todos los pueblos del Tolima a lo largo de varias décadas, tratando de entender en números lo que había pasado en la época de la violencia. Igualmente, he revisado muchas elecciones en Estados Unidos y me sabía de memoria como se habían comportado la Florida, California o Texas en varias contiendas electorales.

Basado en ese hobby, hice un análisis y una proyección de la primera vuelta, donde le atiné al orden de votos de los cinco candidatos y muy aproximadamente a las diferencias que habría entre ellos. El análisis era tan inesperado, que uno de mis primos me dijo que era "contrario a cualquier evidencia estadística". Sin embargo, pasó lo que yo dije que iba a pasar, con una notable excepción: pensé que la fuerte polarización entre las dos campañas mayoritarias iba a llevar a los indiferentes a votar, pero resultó lo contrario. Los indiferentes, los abstencionistas, se marginaron aún más en esta elección, lo que inevitablemente iba a perjudicar al candidato que más dependiera del voto de opinión.



La misma noche de la elección de Primera Vuelta hice un análisis, donde visualicé en forma inmediata el triunfo del Presidente Santos en la Segunda Vuelta, por pura estadística electoral, quedando 2 ó 3 incógnitas que podrían mover en algo el resultado:

1. Vi que Santos había sacado muy pocos votos en la Costa Atlántica, para el potencial que tenía. Eso era fácilmente corregible, pues el porcentaje de abstención rayaba en lo absurdo.
2. Analicé que Santos podía crecer todavía en los departamentos la Costa Pacífica, pues también allí el porcentaje de abstención era alto.
3. Vi que Zuluaga había llegado ya al potencial posible en los departamentos paisas y que no tenía allí mayor potencial de crecimiento.
4. Igual pasaba con Zuluaga en departamentos como Tolima, Huila y Meta, donde ganaba pero no había como sacar mayor diferencia de votos.
5. Quedaba la incógnita de Bogotá, donde el voto de opinión del norte podía ser movido a favor de Zuluaga, pero donde el sur podía equilibrar las cargas. Así que yo pensaba que Bogotá podía producir una gran cantidad de votos, pero donde una fuerza anulaba a la otra. Bogotá no iba a representar una gran diferencia a favor de alguno de los dos candidatos.

Total, era relativamente fácil visualizar que Santos ganaba. No le comenté este análisis a casi nadie, salvo a mi mamá y a mi hijo mayor. El ambiente familiar estaba tan cargado, que me produjo física pereza enfrentarme con mis hermanos, tíos y primos por un análisis técnico, al que seguramente no le creerían y le verían color político. La situación era tal, que un simple comentario sobre el cansancio que me producía ver tanta polarización había llevado a uno de mis hermanos a tildarme de castro-chavista.



Pasemos al análisis, aclarando que se basa en diferencias y no en votos absolutos. Uno de los errores clásicos de los analistas empíricos es mirar los datos de votos absolutos y no mirar las diferencias. Las elecciones se ganan por diferencia de votos. Aquí el análisis:

COSTA ATLÁNTICA: Santos había ganado la primera vuelta por 385 mil votos. Con el aumento de participación, la nueva diferencia fue de 1.034.000 votos. La elección se ganó en la Costa, donde Santos obtuvo 649.000 votos de diferencia adicional frente a la primera vuelta. Mucho tiene que ver el comportamiento tradicional de los electores costeños, pero también la indiferencia y el menosprecio de la campaña de Zuluaga frente a esos electores. Se supuso de entrada que estos votos estaban comprados y no se hizo el menor intento de sacar votos en la Costa.



BOGOTÁ CUNDINAMARCA: Zuluaga había ganado en esta gran región por 207 mil votos en la primera vuelta. Ahora, Santos ganó por 148.000. Es decir, Santos obtuvo 355.000 votos de diferencia adicional frente a la primera vuelta. Aquí, en el reino del votos de opinión, Zuluaga pagó con votos sus malos debates televisivos. Igualmente, la izquierda puso muchos votos en el sur. No decisivos, como lo están tratando de mostrar, pues fueron mucho más importantes los votos de otras regiones. En Bogotá no funcionó la pobre estrategia de Zuluaga en redes sociales, pero si funcionó la maquinaria de la izquierda en zonas marginales de la ciudad.


PAISAS: Tal y como se veía en mi análisis de la noche de la primera vuelta, era poco lo que podía crecer Zuluaga en su región natural. La diferencia en la primera vuelta fue de 498 mil votos en los 4 departamentos paisas. Ahora en la segunda, la diferencia fue de 594.000. Solo 96.000 más de diferencia, muy poco para contrarrestar la avalancha de votos en otras regiones. Ya el potencial electoral de Uribe y Zuluaga estaba contado y no había como crecerlo.




COSTA PACIFICA: La diferencia en la primera vuelta había sido de 308.000 a favor de Santos. En esta segunda vuelta, la diferencia subió a 803.000. Santos tuvo 495.000 votos de diferencia adicional frente a la primera vuelta. Funcionó igualmente la maquinaria en esa parte del país, a la que tampoco Zuluaga había hecho propuesta alguna. Los electores de esos departamentos salieron a votar por Santos y allí también se perdieron votos de opinión por los problemas en los debates y redes sociales.

TOLIMA, HUILA Y LOS LLANOS: Zuluaga había ganado en estos departamentos por 366.000 votos y ahora lo hizo por 489.000. Esta diferencia nueva de 123.000 votos es importante, más que la que se obtuvo en los departamentos paisas, pero claramente insuficiente para detener la avalancha de otras partes del país. Esta zona, que fue decisiva en la primera vuelta para Zuluaga, pesó muy poco en la segunda vuelta. Claramente Santos debe recibir el mensaje que estos departamentos están olvidados y que merecen su atención.

CORDILLERA ORIENTAL: Zuluaga había ganado en estos importantes departamentos por 80.000 votos y ahora perdió por 24.000. Los electores de Santander recuperaron para Santos una diferencia de 104.000 votos. Estos departamentos tampoco fueron valorados por ninguna de las dos campañas y no jugaron un papel decisivo en esta elección.

Mis conclusiones estaban claras desde hace 3 semanas. Santos partía con gran ventaja y Zuluaga no hizo una buena segunda vuelta. No se si hubiera alcanzado, pero seguramente la diferencia hubiera sido menor si no se produce el desastre del debate televisivo y el comercial de la señora de las naranjas. Tampoco ayudó nada la estrategia de odio y exageraciones en redes sociales, pues con eso se alejó a los indiferentes y a los llegados de terceras campañas. Uribe no ayudó para nada, pues sumó lo que tenía en la zona paisa, pero restó gran cantidad de votos de opinión.


Tengo por Oscar Iván Zuluaga el mayor de los aprecios. Lo conocí desde su época de primíparo en la Universidad Javeriana, pues era compañero de mi tía Liliana en la Universidad Javeriana. En varias ocasiones les di clases de matemáticas y estadística, donde no eran muy buenos. Seguí su trayectoria en la Universidad y en AIESEC, donde trabajaron mucho con mi tía e hicieron un gran equipo. He seguido por obvias razones toda su trayectoria profesional. En tiempos más recientes, mi esposa se hizo buena amiga de Martha Ligia, la esposa de Oscar Iván y han compartido muchas reuniones y experiencias. Soy testigo de lo buen hombre que es.  Creo que si se aleja de Uribe y proyecta su propia imagen, el análisis que haré en 4 años será diferente al que hoy estoy haciendo.

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