domingo, agosto 10, 2014

Cantemos al amor de los amores

El jueves 29 de junio de 1911 se celebró en Madrid una de las más grandes procesiones católicas de la historia, dentro del marco del XXII Congreso Eucarístico Internacional. Participaron en el impresionante desfile todos los prelados españoles y extranjeros asistentes al Congreso, unos ocho mil sacerdotes, dos mil terciarios franciscanos y alrededor de diez mil adoradores nocturnos, aparte de una inmensa multitud de madrileños contagiados con el espíritu del acontecimiento.


El momento más solemne y recordado de ese desfile se dio en la puerta principal del Palacio Real. Allí esperaban la procesión el rey don Alfonso XIII, la reina doña Victoria Eugenia, la reina madre doña María Cristina, las infantas doña Isabel, doña María Teresa y doña Luisa de Orleáns, así como los infantes don Carlos de Borbón-Dos Sicilias y don Fernando de Baviera, acompañados del nuncio de Su Santidad Pío X en España, monseñor Antonio Vico, arzobispo titular de Filippi. Al momento de postrarse la real comitiva ante el Santísimo en adoración, retumbó en los aires por primera vez en la historia el himno del Congreso Eucarístico: 

"Cantemos al Amor de los Amores
cantemos al Señor,
Dios está aquí, ¡venid adoradores,
adoremos, a Cristo Redentor!
¡Gloria a Cristo Jesús,
cielos y tierra, bendecid al señor
honor y gloria a Ti, rey de la gloria
amor por siempre a Ti
Dios del Amor!"

Desde el rey Alfonso hasta el más humilde de los madrileños quedaron sobrecogidos por el majestuoso himno. Se estrenaba en ese instante una de las más bellas canciones de alabanza a Dios que se haya escrito en español. Cuando terminó el himno, el padre Juan Postius, dio lectura, en nombre del Rey, al acto de consagración de España a Dios, del que destacan las siguientes palabras:

“Soberano Señor, vivo y presente en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, Rey de reyes y Señor de los que gobiernan: ante vuestro augusto trono de gracia y de misericordia se prosterna España entera, vuestra hija muy amada. Somos vuestro pueblo. Que vuestro imperio dure siempre, por los siglos de los siglos. Amén”.

A continuación, el cardenal legado salió al balcón del Palacio Real y dio la bendición con la sagrada custodia al pueblo congregado en la Plaza de la Armería, acompañado por los compases de la Marcha Real. Nuevamente se entonó el himno del Congreso. Cuando terminó, hubo un atronador saludo de los clarines del Cuerpo de Caballería, las trompetas del Cuerpo de Artillería, las salvas de los cañones y los vítores lanzados por miles y miles de madrileños. Acababa de hacer su ingreso a la historia el himno de alabanza más conocido en España y Latinoamérica, que permanece plenamente vigente en nuestros días, más de 100 años después de su estreno.



Infanta Isabel
Su nombre original para el Congreso fue “A Cristo Jesús”, pero ha pasado a la historia como “Cantemos al Amor de los Amores”. El himno había sido escogido para el Congreso en un gran concurso, cuyo jurado estaba encabezado por la infanta doña Isabel, tía del rey don Alfonso XIII, a la que el pueblo llamaba “la Chata". Otro miembro del jurado era el conocido catedrático y escritor Menéndez y Pelayo.

Ignacio Busca
La emocionante letra del himno había sido escrita por el padre Restituto del Valle Ruiz (1865-1930), agustino de El Escorial, poeta y autor de la letra de muchos himnos. La imponente música fue compuesta por el maestro Ignacio Busca de Sagastizábal (1868-1950), organista y músico muy conocido en ese momento en España.

“Cantemos al Amor de los Amores” es de aquellas canciones que nunca deja de emocionarme. El himno sigue transmitiendo exactamente lo que buscaron hace 113 años el poeta del Valle y el maestro Busca: expresar el amor hacia Dios y sentirlo presente con los que cantan esa bella alabanza. Yo lo oigo siempre con la misma admiración y emoción con que lo oyeron aquel 29 de junio de 1911 el rey Alfonso y los miles de madrileños que participaron en ese gran desfile. Aún para los no católicos, la solemnidad de este himno es algo digno de admirar.

Les dejo esta versión del himno: